Columna de Juan Ignacio Brito: Impuestos: estrujar a la indiada
Decía Joaquín Edwards Bello que en una ocasión el Presidente Carlos Ibáñez mandó a un ministro a pedir plata a Francia. Como al enviado no le fue bien, telegrafió: “Gabachos cerrados como ostras, estruje a la indiada”. La frase parece ineludible ahora que a algunos se les ocurre destrabar las negociaciones tributarias incrementando el número de personas que pagan impuesto a la renta.
Al final el hilo podría cortarse por lo más delgado. Esto partió con la voluntad del gobierno de subirles impuestos a los más ricos y a las empresas. Los empresarios actuaron como lo que son -un grupo de interés- y sacaron de la reforma lo que les hacía daño. Después, viendo que no había ambiente para el pacto fiscal que propone el gobierno, dieron una voltereta y dijeron que estaban en contra del alza tributaria.
Descartado el fervor inicial, el ministro de Hacienda ahora afirma que está dispuesto a estudiar la ampliación de la base tributaria. Varios técnicos vinculados a la derecha y la antigua Concertación aplauden la idea. Los argumentos: en Chile solo el 25% de los trabajadores paga impuesto a la renta, estamos muy por debajo del nivel de la OCDE al respecto, y un aumento “moderado” engrosaría las arcas fiscales hasta en un par de puntos del PIB.
¿O sea que al final pasará lo previsible? Los intocables a salvo para que pague Moya. La idea de hacer que más gente pague impuestos dejaría contentos a los grupos de interés con poder para evitar un alza que los afecte directamente, pero impactaría de lleno a una clase media desorganizada que no tiene cómo defenderse. ¿Cuántas veces hemos escuchado a nuestros líderes decir que apoyan a la “esforzada clase media”? Por algo enseña el Evangelio que para conocer a alguien hay que mirar sus obras, no lo que dice.
Los expertos olvidan que los países de la OCDE cuentan con una base tributaria generosa porque son mucho más ricos y tienen Estados eficientes que entregan prestaciones de calidad que acá no existen y son cubiertas con los ingresos de cada hogar. Lo que se propone es que pague el tramo superior de los que hoy no lo hacen (la exención tiene como tope un ingreso de 850 mil pesos mensuales, unos US$ 1.000). En muchos de los países avanzados de la OCDE, quien posee un ingreso de ese nivel está exento de pagar impuesto a la renta. En varios, incluso es considerado pobre. Además, los chilenos pagamos un IVA de 19% (levemente por debajo del promedio de la OCDE), que es regresivo (porque, a medida que el ingreso baja, mayor proporción del ingreso se destina a consumo), y varios tributos específicos.
Cerrada la vía para un pacto fiscal, algunos iluminados parecen decididos a hacer que Mario Marcel dé al Presidente Boric un consejo similar al que recibió Ibáñez hace un siglo: “Empresarios cerrados como ostras, estruje a la indiada”.
Por Juan Ignacio Brito, periodista
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