Columna de Juan Pablo Cerda: Permisología, más allá del árbitro, mejoremos el juego
“Los procesos regulatorios continúan retrasando y aumentando el costo del desarrollo de infraestructura”. Esta cita no fue dicha en Chile este año. Es una editorial del New York Times de 1997.
Desde 2020, la demora en obtener permisos en Chile ha crecido más de un 25%, afectando considerablemente el desarrollo de proyectos (y costando al país, solo en 2023, unos US$ 2MM). Un pesado hándicap en el partido que parecen estar perdiendo las empresas -y, por tanto, todo el país- contra el estancamiento. Cuando decenas de columnas, comentarios, cartas al director, sugieren que la culpa es solo del árbitro del partido -y que nada tendría que ver la calidad del juego de las empresas-, veamos lo que ha ocurrido en otros países donde este partido ya lo vienen jugando hace rato.
La “permisología” es desde hace años una preocupación mundial; en 2015 ya se reportaba la acumulación de cuatro veces más capacidad de energía renovable en trámite de permisos que en construcción en países de la UE; y en Estados Unidos se promulgaba FAST-41, legislación para dar mayor certeza en plazos, previsibilidad y transparencia de los procesos de autorización ambiental.
Al principio, estos países partieron apuntando donde mismo Chile -una década después- está poniendo todas las fichas de la “solución”: recortar requisitos, acotar el involucramiento de la ciudadanía y agilizar plazos por ley. Incluso, en países europeos se intentó -para luego desecharlo, por inefectivo- crear nueva burocracia para agilizar la ya abultada burocracia (¿suena conocido?).
Estos países vienen, en varios aspectos, de vuelta en cómo buscan agilizar la “permisología”. En especial, respecto del rol fundamental que cabe a las empresas en la solución. Han dejado atrás la percepción de que todos los problemas se derivan únicamente de procesos burocráticos del Estado (el árbitro) y fomentado la mejora en el juego de las empresas.
Asumen que parte importante de los obstáculos pueden ser gestionados internamente por las empresas. La US Chamber of Commerce promueve, como gestión clave para agilizar plazos, que las empresas “se aseguren temprano de que todos los stakeholders estén adecuadamente informados y tengan la oportunidad de incidir en el proyecto…” (2023).
En concreto, en estos países las empresas, conscientes de que son parte de la solución, han bajado de la galería a la cancha, con un mejorado juego: 1) mejorando la calidad de la información e informes presentados a las autoridades; 2) previo a los proyectos, constituyendo espacios de trabajo con autoridades y la comunidad local para acordar información y metodologías que dan confianza a ambas partes respecto de la información que generan; y 3) revisar y mejorar capacidades internas de la empresa: ¿hay una clara identificación temprana de riesgos? ¿hay debida coordinación de los aspectos legales, ambientales, operacionales, etc.; o hay estancos de información? ¿Cuento con los mejores consultores, que me hablan con franqueza?
En Chile aún se apunta sólo al Estado como responsable: “toda la culpa la tiene el árbitro”. Las empresas pueden pasar de apuntar desde la galería a jugar a la cancha: no más como hincha, sino que como jugador esencial en el desarrollo de Chile. Es tiempo de complejizar el relato y aprovechar aprendizajes para by-pasear los errores que cometieron otros países y empresas en el diagnóstico inicial.
Por Juan Pablo Cerda, TECO Group.
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