Columna de Louis de Grange: Transporte público de Santiago: los costos de la ineficiencia
Nuevamente se anuncia, por parte del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones (MTT), un alza en las tarifas del transporte público de Santiago. Dejando de lado los eufemismos, las tres principales razones que explican esta nueva alza de $20 son: 1) la gigantesca cantidad de buses circulando (más costos), 2) la enorme evasión que se mantiene en 40% (menores ingresos), y 3) el uso relativo de los buses lleva bajando por más de una década (ineficiencia).
Respecto a la enorme flota de buses, basta simplemente comparar los actuales 7.000 buses que hoy se financian con subsidio estatal, con los 6.500 que había en 2008 (ver memorias anuales DTPM). Lo preocupante al comparar ambas cifras, es que el año 2008 había apenas 80 km de Metro, mientras que hoy hay 149 km. A esto, debe sumarse la sostenida pérdida de pasajeros en el transporte público, especialmente en los buses. De hecho, respecto de 2008, hoy se constatan cerca de la mitad de las validaciones en buses; incluso corrigiendo por el 40% de evasión, el uso de los buses es significativamente menor, lo que se explica principalmente por la expansión de la red de Metro e innovaciones tecnológicas que han reemplazado actividades presenciales, que requerían viajes, por reuniones virtuales o teletrabajo.
¿Por qué entonces las autoridades de transporte no gestionan la sobreoferta de buses? Basta ver muchas calles, en algunos de los ejes más importantes, incluso durante los períodos punta, para constatar la gran cantidad de buses circulando semivacíos. La expansión de Metro no ha significado sacar ni un solo bus, pese a que hoy cerca del 75% de los usuarios de Metro no combina con los buses (hace 15 años, el 50% de los usuarios de Metro llegaba en buses).
La respuesta, lamentablemente, es bastante obvia: es más fácil para el MTT pedir más subsidio estatal o aumentar tarifas a los pasajeros que sí pagan, que reducir la ineficiencia de una industria regulada por ellos mismo, o que reducir el 40% de evasión.
En 2022, de acuerdo a los mismos registros del MTT, se superó el récord histórico de subsidio del sistema, y todo hace prever que las cifras del año 2023 serán incluso peores.
Tenemos uno de los subsidios al transporte público más altos del mundo y, por lejos, el más alto de Latinoamérica. Paradójicamente, también una de las tarifas más altas de Latinoamérica, lo que habla de la elevadísima estructura de costos de la industria de buses santiaguina.
Como contrapartida, en nuestras ciudades de regiones hay tarifas significativamente menores, subsidios inexistentes en muchos casos o casi inexistentes, dependiendo de la ciudad, y una evasión prácticamente nula.
Con una economía estancada o en decrecimiento, con múltiples necesidades en salud, pensiones, educación y vivienda, entre muchas otras, me parece condenable la enorme cantidad de recursos públicos que el MTT asigna a mover buses semi-vacíos cada día.
Louis de Grange C., Decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias, Universidad Diego Portales.