Columna de Lucía Dammert: America is back, el vértigo de Trump

El problema no es que las reglas del juego cambiaron, sino que estamos viendo un nuevo juego de la política mundial. Todo cambia en tiempo real y en una magnitud tan grande que se torna vertiginoso. Esa es la sensación que dejó el discurso entregado por el Presidente Trump ante el Congreso de Estados Unidos esta semana: vértigo.
La puesta en escena está marcada por una forma de comunicación directa, un espectáculo permanente con maltrato y desdén frente a los demás. Y por supuesto mentiras, muchas mentiras. Los programas de revisión de datos perdieron valor cuando a pocos le importa si lo que se dice es verdad. Porque no son equivocaciones cuando habla sobre el estado de la economía del país (el mejor momento de la historia), cuando asegura que hay cientos de muertos que reciben beneficios de seguridad social, que su victoria fue la más rotunda de la historia, o que más americanos creen que las cosas están mejorando en el país. Son todas mentiras y el Presidente sabe que lo son, pero opta por la hipérbole, la grandilocuencia y el exceso que al menos generan atención.
La política tradicional participa del show con actitudes que van de la genuflexión y el estupor. Dirigentes republicanos aplaudiendo las mentiras, riendo ante el maltrato y participando de un formato cercano al circo medial. Los demócratas aturdidos, jugando un rol absurdo de crítica silenciosa o silenciada, porque Trump ya encontró lo que los paraliza: llamarlos “woke”. Todo parece indicar que nadie defenderá los derechos de los niños trans, las cuotas de género o la clara necesidad de un Estado que proteja a las minorías. Trump dice que no quiere cuotas, sino mérito, pero ha instalado el gabinete menos meritocrático de los últimos gobiernos. Sobran los ejemplos.
Trump afirmó que consolidará la nación más dominante del planeta, con esas siempre grandilocuentes palabras. ¿Pero eso qué significa? Nada claro. Sabemos que cree que todos sus problemas llegan por las fronteras, que denigra las iniciativas de cooperación internacional con mentiras y medias verdades, que cree que los aranceles son una receta clave y casi única para la negociación internacional, que insiste en retomar el Canal de Panamá o en conseguir Groenlandia “de una forma u otra” y, por supuesto, rebautizar el Golfo de México. De los verdaderos desafíos de la política internacional pocas palabras.
“America is back”, afirma con aplomo y mirando desafiante a la cámara el Presidente Trump. No es claro a dónde ha regresado, ni con qué intenciones. El discurso no incluyó las medidas concretas ni las acciones que se tomarán para enfrentar los grandes desafíos del país y el mundo. Tal vez estimó que la audiencia solo quería el espectáculo inicial.
Por Lucía Dammert, académica de la Universidad de Santiago de Chile.
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