Columna de Luis Larraín: Constitución: tres buenas razones y un bonus
Se dicen tantas cosas sobre la Constitución, muchas falsas, que usted puede estar dudando. Trataré tres temas: sistema político, administración del Estado y seguridad pública. Hay consenso en el mal funcionamiento de la política: falta de gobernabilidad y acuerdos, fragmentación (muchos partidos y parlamentarios). ¿En qué innova la Constitución? Disminuye los diputados de 155 a 138 y cada distrito tendrá entre 2 y 6 (ahora es hasta 8) disminuyendo la posibilidad de diputados del 1%. El Servel definirá técnicamente los límites distritales y no los políticos a su pinta. Partidos con menos del 5% quedan fuera, excepto que elijan 8 o más parlamentarios; y partidos con menos de 1% no reciben reembolso del Servel por voto. Esta reforma es ahora o nunca, porque el Congreso jamás aprobará disminuir los cupos y diputados del 1%.
En el sector público el gran problema es que los políticos una vez que llegan al poder se preocupan de llenar de amigos y operadores capturando al Estado para beneficiar a los suyos. ¿Qué se propone? Una Administración Pública permanente con funcionarios de carrera que ingresan por concurso público basado en mérito, en un proceso técnico y con un régimen general único de empleo y remuneraciones. Ellos administrarían los servicios públicos; y un gobierno, reducido, con autoridades ministeriales que diseñan políticas y planes. También hay mandatos para mayor digitalización de servicios y evaluación de políticas.
En cuanto a seguridad pública, la Constitución reconoce que es una de las funciones primordiales del Estado (de hecho, le dio origen) e introduce innovaciones muy necesarias. Crea una defensoría pública gratuita para víctimas (hoy sólo existe defensoría penal pública gratuita para imputados). Tiene un tratamiento especial para terrorismo y crimen organizado, como la posibilidad de una Fiscalía supraterritorial a la usanza española, que evita que jueces y fiscales sean amedrentados en sus hogares y lugares de trabajo. En materia de prevención, mandata una migración regulada y permite el funcionamiento de una policía fronteriza. Me parece evidente que con estas innovaciones el Estado cumplirá mejor su mandato de proteger a la población ejerciendo el monopolio de la fuerza.
En mi opinión estas tres razones bastarían para votar “A favor” porque habiendo otros artículos que no son de todo mi gusto, ninguno anula los beneficios de las innovaciones que he descrito. Pero hay un bonus. Resulta que la actual Constitución es muy frágil por el cambio que se hizo a los mecanismos para reformarla. El Congreso con 4/7 puede introducir cualquier cambio (la nueva requiere quórum mayor). Bastarían cuatro parlamentarios de Chile Vamos, Republicanos, Amarillos o Demócratas que voten con la centroizquierda. ¡Cerremos el tema por un tiempo (la gente lo quiere) y a trabajar!
Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor del Libertad y Desarrollo