Columna de Luis Larraín: No les creemos, Presidente Boric
El Presidente Boric declaró que le cree a la víctima, refiriéndose a la mujer funcionaria del Ministerio del Interior que denunció ante los tribunales al exsubsecretario Manuel Monsalve por violación. Pero al enterarse de la denuncia, por la ministra Carolina Tohá y el propio Monsalve el martes 15 de octubre, mantuvo a Monsalve en su cargo 48 horas con el pretexto que tenía que informar a su familia, lapso en que incluso participó en actividades oficiales.
Al mantener la información en un círculo tan cerrado limitado a él y Tohá, sin comunicarlo siquiera a la vocera ni a la ministra Orellana, Boric encapsuló la información, evitó que se prestara ayuda a la víctima y por el contrario ayudó a Monsalve en su estrategia de encubrimiento. Según declaró el propio Boric, en su conversación con Monsalve éste le habría informado que vio las cámaras del hotel donde se habría perpetrado la violación que acusa la denunciante. Conociendo esa conducta, constitutiva de otro delito, cuestión que Boric y Tohá no podrían sino saber, transformaron lo que podría ser un lamentable episodio de abuso sexual y violación de un alto funcionario, en una grave crisis del gobierno.
¿Qué explica una decisión tan desacertada y contraria al sentido común? Varios analistas han coincidido en que la única explicación, la pieza que falta en el puzle y que da sentido a actuaciones que hoy nos parecen incomprensibles, es que Boric y Tohá confiaban en que Monsalve lograría “bajar” la acusación de la denunciante. Así, se evitaría un gran escándalo político que afectaría las elecciones. La insólita conferencia de Boric el 18 de octubre no habría sido otra cosa que una inconsciente manifestación de culpa y frustración luego que La Segunda desbaratara su estrategia.
Su decisión no contaba con la actuación de una prensa independiente y era profundamente agraviante para la víctima, hasta el punto de revelar un verdadero derrumbe moral del proyecto de gobierno de Boric.
La información de La Segunda del 17 de octubre lo dejó al desnudo: el gobierno feminista del que se ufanaba era una impostura más si le preocupaba sobre todo proteger políticamente al gobierno y a Monsalve a costa de menoscabar la dignidad de una mujer brutalmente atacada, a quien se denigraba si, además, se suponía que renunciaría a sus derechos a cambio de beneficios económicos, o frente a amenazas de muerte, como ha trascendido después.
No sólo el feminismo se derrumbaba con estrépito, sino también la prédica contra privilegios y abusos. Monsalve llevó a extremos desconocidos en nuestra política las prácticas abusivas del poder, según se deduce de declaraciones de la abogada defensora de la denunciante.
Usted y la ministra Tohá le creyeron a Monsalve, Presidente, pensaban que eso convenía a su proyecto político; ahora Chile no les cree a ustedes.
Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor de Libertad y Desarrollo
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