Columna de Luis Larraín: Política para marzo
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¿Se farreará Chile Vamos el liderazgo de Matthei por una posición que crecientemente lo mimetiza con la izquierda, lo contrario a lo que su electorado reclama?
Como a todo chileno, a los políticos se les aparece marzo y las obligaciones que vienen con él. Entre ellas, la definición de candidatos a primarias presidenciales y las alianzas que se configurarán para las primarias y las elecciones parlamentarias.
Las elecciones alemanas de la semana pasada son una referencia respecto a tendencias y posibles alianzas, pero sólo eso; porque lo que se haga en Chile, por sentido común, habrá de considerar peculiaridades de nuestra política.
En Alemania ganó la centroderecha, CDU-CSU con 29%, pero con importante aumento en la votación de AfD (derecha dura) y en menor medida de la izquierda. La SPD (socialdemocracia) obtuvo la peor votación de su historia. La AfD, segunda con 20%, ha interpretado una agenda de la mayoría: política migratoria más dura, seguridad y economía, logrando derechizar las posturas de la CDU, pero no lo suficiente para que la DC alemana pacte con ellos. Lo hará con la SPD que llegó tercera y algún otro partido.
El régimen parlamentario alemán impone ciertas diferencias y la realidad chilena otras. ¿Es viable que la centroderecha chilena (Chile Vamos) pacte con la centroizquierda? Difícil, sea la candidata Michelle Bachelet, favorita de comunistas y el Frente Amplio o Carolina Tohá, mano derecha de Boric. Además, significaría que la centroderecha renuncia a liderar la mayoría nacional de 62% que se conformó para el Rechazo; una verdadera farra.
Pero tampoco se ve fácil la unión de las derechas. Basado en el liderazgo de Evelyn Matthei en las encuestas, Chile Vamos aboga por una primaria amplia en el sector que fortalecería a su candidata, lo que es rechazado por Kast y tiene a Kaiser en reflexión. La derecha dura reprocha la alianza de Chile Vamos con la izquierda en la reforma de pensiones (que dejó heridas que no sanan con nuevos antecedentes de irresponsabilidad fiscal de la izquierda) y no parece dispuesta a firmar el contrato de adhesión que ofrece Chile Vamos. Más razonable pareciera ser un pacto parlamentario amplio, con la base del Rechazo. Pero esta última opción es compleja y exige un alto al fuego en la guerrilla de la derecha. La pretensión del senador Walker de una alianza del centro con Chile Vamos excluyendo a la derecha dura tiene pendiente explicar por qué alguien preferiría aliarse con el 5% que hacerlo con el 30%.
¿Estarán dispuestos quienes en el centro tuvieron la valentía de renunciar a su alianza histórica a desechar el valor que su gesto creó en la política chilena? ¿Continuará la derecha dura balcanizando nuestra política centrando sus fuegos en la centroderecha? ¿Se farreará Chile Vamos el liderazgo de Matthei por una posición que crecientemente lo mimetiza con la izquierda, lo contrario a lo que su electorado reclama?
Son preguntas que se responden con liderazgo y transparencia.
Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor de Libertad y Desarrollo
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