Columna de Macarena García: Nostalgia
La RAE define nostalgia como “un sentimiento de tristeza mezclado con placer y afecto cuando una persona piensa en tiempos considerados felices del pasado”. El destino nos posicionó como uno de los países más afectados por el cambio climático, pero también nos otorgó una de las llaves para avanzar en su solución: las reservas más grandes del mundo de cobre y litio, elementos claves para la transición energética. Nuestra prioridad debiera ser, entonces, implementar las medidas adecuadas para aportar a esta transición. Sin embargo, lo que se trasluce de la Estrategia Nacional del Litio es la nostalgia por modelos que han buscado posicionar al Estado por sobre el bienestar social.
¿Qué podemos hacer en Chile? ¿Cada país debiera reducir sus propias emisiones (GEI) o es el mundo el que debe reducir sus GEI como un todo? Dada nuestra mínima incidencia en las emisiones (0,25% del total), el impacto final que pueda producir Chile en el cambio climático no dependerá de nuestra propia reducción de GEI, sino que de la capacidad que tengamos nosotros de que otros países lo hagan.
The Economist, en su artículo “La revolución verde se estancará sin el litio de América Latina”, levanta una alerta al observar que los gobiernos de la región están muy preocupados de la toma del control del litio: en Chile, su producción y etapas posteriores deberán pasar por el Estado como controlador mayoritario; en México, se avanza en la nacionalización de sus reservas; entre Argentina, Chile, Bolivia y Brasil se podría conformar la OPEP del litio para controlar los precios mundiales; en Bolivia, la industria del litio está totalmente en manos del Estado. ¿Nostalgia de Evo?
¿Qué es lo que más ha escuchado en la discusión respecto de la Estrategia Nacional del Litio? ¿Cómo agregarle valor? ¿Cómo aportar al cambio climático? ¿Cómo quedarse con la mayor proporción posible de rentas? O ¿quién tomará las decisiones? No se entiende que en Chile, pudiendo generar un verdadero impacto en el cambio climático a nivel global a través del litio, la preocupación de la actual autoridad sea principalmente quién lo ejecuta. ¿Nostalgia de un Estado productor?
En el mundo, ¿quién ha sido más exitoso en la explotación del litio? ¿El modelo estatal de Bolivia y México o el de concesiones de Australia que predomina a nivel mundial? Australia partió después que Chile, lo hace en condiciones más complejas en materia de huella de carbono y con mayores dificultades, y ya nos está ganando esta carrera.
Ojalá en nuestro país no gane la nostalgia de modelos que no han dado resultado, sino que el aprovechamiento en los tiempos, oportunidades y formas adecuados para el desarrollo integral de los chilenos. El camino correcto es dejar las decisiones en las manos de los expertos y de los que arriesgan su capital, para generar la mejor y mayor “torta” para los chilenos, en especial para los más vulnerables. Usemos la cabeza más que el estómago o el discurso nostálgico, porque “el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos…”.
Por Macarena García, economista senior de Libertad y Desarrollo