Columna de Magdalena Merbilháa: Y alimentaron al cocodrilo
Como decía Winston Churchill, “un apaciguador es alguien que alimenta al cocodrilo esperando que se coma a otro antes que a él”. Ayer los apaciguadores alimentaron otra vez al cocodrilo y creyendo que compraron paz social, celebraron. Lo que sucedió ayer en la Cámara y antes en el Senado es una vergüenza en todos los sentidos. Primero en la forma, es imposible que en un día se leyeran el proyecto y lo comprendieran a cabalidad, por tanto, votaron sin leer. Fue una votación sólo política. Vimos como los partidos cuadraron a sus filas “so amenaza” de futuros cupos, lo que hace que no se vote en convicción. Incluso algunos que alzaron la voz contra el proyecto, para no pagar los costos políticos, no fueron. Fue el claro ejemplo de lo que lord Acton afirmaba, “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. El acuerdo fue hecho bajo la mesa y las presiones desde los partidos demuestran que precisamente “los políticos son el problema”.
Si la forma fue mala, el fondo es peor. En la historia los apaciguadores siempre han creído que ganan, pero el cocodrilo tarde o temprano se los come. Eso sucede porque, en rigor, son buenistas y no saben realmente a quién tienen al frente. Creen en las buenas intenciones y no saben que el infierno está plagado de éstas. Son cándidos precisamente porque son ignorantes y la ignorancia es muy atrevida. El cocodrilo espera, pero siempre muerde. El ejemplo de apaciguamiento vergonzoso fue antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando Neville Chamberlain firmó el acuerdo de München y confió en la palabra oral y escrita de Adolf Hitler. El Primer Ministro británico tras firmar el acuerdo creyó genuinamente que había comprado la paz. Al llegar a Londres levantó el papel del acuerdo y dijo convencido “salvé la paz”. Churchill levantó la voz diciendo que ahora tendrían la vergüenza y la guerra y así fue. Siempre son pocos los que ven, pero no son escuchados. Es la condena de Casandra y de Lacoonte y sus hijos en Troya. Era evidente que en Hitler no se podía confiar.
Las ideologías tienen como fin cambiar la realidad, ya que ésta no les gusta. Buscan el nuevo hombre y para transformar la realidad están dispuestos a todo. Ese es el problema de las ideologías colectivistas que anulan a la persona por raza o por clase. El comunismo hace lo mismo. En ellos tampoco jamás se puede confiar. Acá una vez más confiaron. Yo entiendo que ignoren la historia y que no vean estas cosas, pero los hechos recientes en Chile deberían haberles enseñado al menos alguna lección. Vemos que no. El cocodrilo alimentado por los políticos en el acuerdo del 5 de noviembre, ese mal llamado “por la paz y la nueva Constitución”, trajo los procesos constituyentes, pero no la paz. El cocodrilo, los engañó, se los comió. Se hicieron del poder y Chile estuvo a punto de perderse como país. El sentido común y la cordura primó, y el 62% les dijo no. A los políticos se les olvida que en ese proyecto constitucional dejaron por escrito lo que quieren y ellos “avanzan sin transar”. Se les dijo que irían más lento, pero van a donde mismo. Por eso sorprende que hayan aprobado esta mala reforma.
Ya dijimos que la forma fue muy mala, pero el fondo también. Lo peor es que gran parte de la llamada derecha cree haber impuesto sus términos y ganado el gallito. No es, ni será así. Dejaron puertas que permitirán hacer la estrategia “de a poco hacia el mismo puerto”. La competencia desleal del IPS es la gran puerta para atraer al mercado y terminar de a poco drenando a las AFP y minando el sistema. Los buenistas olvidan que el cocodrilo quiere cambiar el modelo, destruir el mercado de capitales y por tanto necesita destruir a las AFP. La entrega del seguro de invalidez al Estado, en un país campeón en licencias médicas truchas, se prestará a pensiones de invalidez por “gracia política”, total paga moya. Los efectos en el empleo serán nefastos, se predicen masivos despidos, no alza de salarios y aumento de informalidad. Es un desincentivo al trabajo formal, lo que cargará sobre los hombros de cada vez menos este despojo de “préstamo forzoso” en nombre de una “solidaridad” mal entendida. La falta de responsabilidad financiera es total, Chile se endeuda más y más. Ya no hay holgura para deuda directa y entonces se endeuda más por debajo de la mesa. Es más deuda y financieramente eso no se sostiene, a menos que como ya dijeron algunos, la estrategia final sea no pagar esa deuda. Algunos han planteado que esto aumentará en ahorro y con eso la inversión y que entonces el país volverá a crecer. No hay en el corto plazo ahorro alguno, solo hay gasto. En ese tiempo de transición el país se termina de hundir. Eso es porque los irresponsables, querían por razones políticas electorales, subirles las pensiones inmediatas a los votantes de la próxima elección. Total, las consecuencias nefastas explotarán en 30 años más cuando ellos no estén. El cocodrilo se los va a comer y de a poco.
La falta de responsabilidad es total, les pasaron otro gol como la tributaria, esa que frenó el país y que, con los votos de la derecha cándida, esa que compra paz social, frenó al país y con eso vino todo lo demás. Me pregunto, ¿no se sienten ni se saben responsables de eso?¿Quién paga los platos rotos? Nosotros, ellos no. Los mismos hoy alimentaron al cocodrilo, sabiendo que se comería a otro, las futuras generaciones y no a ellos. Solo les importa guardar el escaño y seguir siendo mantenidos por nosotros. Fue por ellos, no por el país.
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