Columna de Magdalena Vergara: ¿Qué ofrece Michelle Bachelet?

Michelle Bachelet hace su llegada a la Moneda para reunirse con el Presidente
¿Qué ofrece Michelle Bachelet? Jonnathan Oyarzun/Aton Chile

Posiblemente vendrá a poner la lápida a cualquier otro proyecto que sinceramente pretenda avances desde el mundo de la centroizquierda.



El posible regreso de Bachelet como candidata presidencial, para su tercer período, parece la profecía autocumplida del Presidente Boric, cuando al ganar el Rechazo expresó que no estábamos listos para sus ideas progresistas, que iban demasiado rápido. La solución entonces es volver atrás (casi irónico, considerando que sus discursos son de avanzar y no retroceder). Atrás para volver a partir desde la última vez en que tuvieron unidad (si es que podemos llamarla así), y retornar a lo que fuera la Nueva Mayoría liderada por Bachelet. Unidad que, en todo caso, fue la que terminó por destruirlos.

Evocar el pasado puede tener sus réditos. Las personas añoran las cosas como eran antes: más orden, mejor economía, menos delincuencia. ¿Pero es Bachelet la persona que podrá poner solución a ello? Muchos de los actuales problemas fueron provocados precisamente por sus reformas. El estancamiento económico luego de la reforma tributaria es fiel muestra de ello. Pero, además, no es posible simplemente querer retrotraerse al pasado y obviar todo lo que ha ocurrido en nuestro país desde 2013; y por tanto la pregunta de cajón es, ¿qué es lo que viene a ofrecer Michelle Bachelet?

La izquierda critica la falta de proyecto político de la derecha. Pero la supuesta unidad que argumentan está lejos de ser una unidad de ideas, y es meramente una unidad en torno a su persona. Difícil encontrar mayor pragmatismo y menor proyecto político en tener que recurrir a una figura, porque parece ser la única posible de ganarle a la derecha. No obstante, lo que une para una campaña no es suficiente para gobernar. Lamentablemente para la izquierda, el Frente Amplio no solo fue fatal para la administración del Estado, también para el proyecto político del sector, y la candidatura de Bachelet viene a rematarlo, pues bajo su sombra no hay candidato que surja.

No es claro qué piensa la expresidenta; ni siquiera si efectivamente va a competir. Sus intervenciones parecen ser las de un agente externo alejado de la realidad. Un ejemplo de ello es su columna “Primero ideas, luego unidad”, donde con un tono muy propio del progresismo habla en abstracto y con deseos elocuentes, pero desconociendo por completo los problemas concretos y cotidianos. Apela a recuperar el “poder transformador” del sector para el bienestar social, sin ninguna autocrítica de las consecuencias que sus grandes transformaciones trajeron al país, en lo económico, en lo político, en lo educacional, algo que, en todo caso, le será difícil seguir eludiendo en una nueva campaña.

Dice que la ciudadanía quiere promesas realistas y hechos concretos que mejoren su calidad de vida, y no retrocesos en los logros alcanzados. Pero no hace ni ha hecho ninguna apelación o crítica al gobierno de Gabriel Boric, a pesar de que ha sido la incapacidad de gestión de este gobierno el peor retroceso para la política social y el bienestar de las familias en décadas.

Un proyecto amplio y diverso como al que apela para su sector, no es lo mismo que ambigüedad, que es más parecido a la impostura que ha tenido Bachelet en los últimos años desde su retiro en las organizaciones internacionales. Su tercer gobierno no será la nueva mayoría; lejos de ello, posiblemente vendrá a poner la lápida a cualquier otro proyecto que sinceramente pretenda avances desde el mundo de la centroizquierda.

Por Magdalena Vergara, directora de Estudios IdeaPaís

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