Columna de Marcelo Sánchez: Explotación sexual comercial infantil: actuar es urgente
Revisó la pequeña cartera en que apenas cabía el celular y la “Bip”, y partió al llamado del Romario. Tenía “una mano” de 20 mil, a pasos del local, por un momento con el Chino. Ella le dijo que sí, el Roma era cariñoso con ella, le llevaba “puchitos” a la puerta del Centro del Servicio de protección y todos lo conocían. “La niña no está na presa...” le dijo una funcionaria a otra que le llamó la atención el grado de familiaridad de estos adultos que iban a buscar no sólo a la Maggi, sino a otras chicas. Ninguna superaba los 16 años.
Los viernes se desaparecían para retornar el martes entrada la tarde. Pero la Maggi no volvió. Pasaron tres semanas y una orden de búsqueda despachada con urgencia por el tribunal dio cuenta que la niña no era habida entre sus familiares. Se dio el egreso administrativo y no se supo más de ella. Quedó en las sombras, hasta que una redada en un departamento adyacente a la Plaza de Armas, la encontró drogada y enferma. La Maggi fue separada de sus padres a los 11 años y pasó de una residencia al Centro, como muchas otras niñas. El Estado la alejó de su familia para protegerla, pero una red de explotación sexual fue a buscarla a las puertas del que iba a ser su “Lugar Seguro”. Ahora, en una de las pocas camas del hospital, se recupera, tratando de entender qué había pasado, dónde estaban sus amigas, el Roma, se siente sola, como siempre.
Según los datos entregados por el Ministerio Público del Sistema de Apoyo a Fiscales sobre explotación sexual comercial infantil, se ha visto un aumento continúo, pasando de 331 denuncias en 2017 a 704 en 2022. 7 de cada 10 investigaciones terminan en archivo provisional, menos de 1 de cada 10 procedimientos judiciales y/o investigativos terminan en una condena para el imputado.
En 2019 las causas terminadas por sentencia definitiva, condenatoria o absolutoria, fueron un 14,8% de los ingresos, mientras que en 2022 solo el 4%. Visto así, los datos que presenta el segundo boletín de la Plataforma www.actuaresurgente.org -iniciativa asociativa de Fundaciones que luchan contra la explotación sexual comercial infantil- se vuelve preocupante la falta de prevención, pesquisa oportuna y condena de redes que operan en total impunidad. Este grave delito afecta principalmente a niñas y, según estimaciones proyectadas de datos del 2004, alcanzaría anualmente a entre 4 mil y 6 mil víctimas.
Claramente factores como la inmigración pueden modificar todos los parámetros al alza. La cobertura desde Mejor Niñez no supera el 25% y carece de modelos y especialistas en trauma complejo que permitan la rehabilitación e inserción de las víctimas. El informe de la plataforma da cuenta, además, que la temática no ha sido parte de una discusión específica del Comité Interministerial de Niñez dirigido por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia. Esto reviste gravedad por el incumplimiento de los sucesivos marcos para la acción al interior de la institucionalidad de la Ley de Garantías.
Hoy es relevante dotar de mayores recursos al Ministerio Público y a las policías encargadas de la investigación, para dar cuenta de la cifra creciente de denuncias, capacitar al conjunto de operadores del sistema como los equipos de educadoras de trato directo para identificar, levantar información, completar las denuncias y abordar estas situaciones con las posibles víctimas. Se requiere que el Servicio refuerce en cobertura, integralidad y especialización la oferta de programas de protección especializadas para la niñez víctima de violencias sexuales, considerando el acompañamiento y apoyo de las personas que han denunciado situaciones constitutivas de delito o se encuentran en procesos de investigación penal o administrativas.
Desde la sociedad civil, el trabajo de seguimiento de la “Plataforma Actuar es Urgente” es fundamental para visibilizar y activar a los garantes frente a una inercia que omite esta realidad y la sublima a la marginalidad más oscura, a tal grado de creerla inexistente. Las redes de explotación se abren espacio como proveedores en los círculos del crimen organizado y de no hacerse nada seguirá creciendo a costa de la niñez más abandonada. Actuar es urgente.
Por Marcelo Sánchez, gerente general de Fundación San Carlos de Maipo
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