Columna de Margarita Ducci: Electromovilidad en movimiento

Electromovilidad


Chile ha avanzado significativamente hacia su meta de electromovilidad y el país ha implementado diversas estrategias y políticas que han permitido un progreso notable en este ámbito. En 2024, Chile llegó a contar con una de las mayores flotas de buses eléctricos fuera de China, y se espera que en 2025 se supere el 50% de electrificación de la flota de transporte público en Santiago. Además, se están realizando esfuerzos para expandir esta electrificación a otras regiones del país. El compromiso de la Estrategia Nacional de Electromovilidad se refleja en la creciente adopción de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, aunque actualmente representan menos del 2% del parque automotriz chileno. Para alcanzar esta meta, es crucial continuar promoviendo la cercanía y difusión de los beneficios de los vehículos electrificados, así como mejorar la infraestructura de carga y las condiciones del mercado.

Este auspicioso escenario abre una serie de oportunidades significativas que pueden transformar al país en múltiples aspectos que son clave para cumplir la meta cero emisiones al 2050. Es que la transición a vehículos eléctricos puede reducir considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes. Esto es fundamental para mejorar la calidad del aire en las ciudades y por ende la calidad de vida de las personas, lo que a su vez tiene beneficios directos para la salud pública y los chilenos. A ello se suma que existirán nuevas oportunidades de empleo en sectores como la fabricación de vehículos eléctricos, la instalación y mantenimiento de infraestructura de carga, y la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. Otro de los tópicos importantes es que, al reducir la dependencia de combustibles fósiles importados, Chile puede mejorar su seguridad energética. La producción local de energía renovable, como la solar y la eólica, puede alimentar la infraestructura de carga de vehículos eléctricos, promoviendo una mayor autosuficiencia energética.

No hay que olvidar que Chile además es uno de los principales productores de litio y cobre a nivel mundial, materiales esenciales para la fabricación de baterías y componentes de vehículos eléctricos. Esta ventaja competitiva es fundamental para el desarrollo de la electromovilidad en el país y la creación de valor en el mercado internacional. La demanda creciente de estos materiales puede impulsar la economía nacional y posicionar a Chile como un líder en la cadena de suministro global de la electromovilidad. Además, la adopción de tecnologías de electromovilidad puede fomentar la innovación en el país, incentivando a las empresas a desarrollar nuevas soluciones y productos. Esto no sólo mejora la competitividad de las empresas chilenas a nivel global, sino que también atrae inversiones extranjeras y puede catapultar al país como un líder en sostenibilidad y tecnología avanzada.

Considerando estos avances concretos y el compromiso tanto del sector público como del privado, es posible que Chile alcance su objetivo de electromovilidad. Sin embargo, es necesario mantener y fortalecer los esfuerzos en políticas públicas, incentivos económicos y desarrollo de infraestructura para asegurar el cumplimiento de esta meta, fomentando la colaboración y el desarrollo del ecosistema de electromovilidad en Chile y avanzar entre todos los actores hacia un futuro más sostenible.

Por Margarita Ducci, Directora ejecutiva Pacto Global Chile, ONU

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.