Columna de María Jaraquemada: Transparencia en la industria extractiva
Ayer, en una actividad en la Cepal, el gobierno anunció que se solicitó el ingreso de Chile a la Iniciativa de Transparencia en la Industria Extractiva. Se trata de una instancia que data de inicios de los años 2000 y que fue primordialmente impulsada por el Reino Unido y otros países desarrollados frente a numerosos informes y escándalos de corrupción en el uso y explotación de recursos naturales, lo que muchas veces se llamó “la maldición de los recursos naturales”.
Esta iniciativa establece un estándar mínimo de transparencia y rendición de cuentas por parte del Estado y de las empresas, principalmente medianas y grandes, sobre sus operaciones, contratos, concesiones y pago de impuestos, entre otros. Se trata de un estándar que ha ido progresando en el tiempo e incluyendo preocupaciones como las del cambio climático y de equidad de género. Además, implica un involucramiento de la sociedad civil, que junto a los dos estamentos anteriores, acuerdan planes de trabajo en orden a cumplir y adaptar estos requerimientos a la realidad nacional y local. Estos planes y su cumplimiento son luego sometidos a evaluación y validación por un tercero independiente.
Al día de hoy, ya van más de 50 países que se han adherido a la iniciativa. Y muy variados, desde en vías de desarrollo, como la mayoría de nuestros vecinos: Argentina, Perú, Ecuador y Colombia; como otros desarrollados: Noruega, Alemania, Reino Unido y Países Bajos. Si bien no es una bala de plata y requiere de acuerdos y cooperación, ha permitido generar avances en confianza y legitimidad de la industria, como en mecanismos clave de prevención de la corrupción y participación ciudadana.
Nuestro país se encuentra en un importante momento de transición energética y de desarrollo de la industria del litio. El gobierno ha anunciado una nueva estrategia en esta materia, con miras a alianzas público-privadas que no han estado exentas de críticas. Dado lo anterior, iniciativas como éstas pueden cumplir un importante rol para transparentar información clave sobre la producción, los ingresos y la gestión del sector extractivo, así como propender a una mejor gobernanza y considerar procesos participativos y multiactor, generando confianzas y permitiendo evaluar y tomar decisiones más informadas, así como fomentar un control social de los medios de y la sociedad civil.
Chile es líder en producción de cobre y esperamos que también lo siga siendo en litio, siendo parte relevante de nuestros ingresos provenientes de esta industria. Ya se han logrado importantes avances de publicación de información de ésta y el aporte que hacen a nuestro desarrollo. Como se suele decir, la transparencia en suelo nacional llegó para quedarse, por ello es clave dar este paso más y, ojalá, tomar un rol de liderazgo regional en integridad y transparencia en la industria extractiva.
Por María Jaraquemada, directora ejecutiva de Chile Transparente
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