Columna de María Paz Arzola: Cautela frente a los resultados del Simce
En un hito inédito, la Agencia de la Calidad de la Educación presentó los resultados del Simce que se rindió en noviembre de 2023. De este modo, por primera vez los colegios pudieron contar con ellos al inicio del año escolar siguiente al cual se aplicó. En términos generales, lo que la medición mostró fue un alza de los puntajes y una recuperación de la caída registrada luego de la pandemia en 4° básico, aunque no en II° medio. Así también, se destacó el alza exhibida por los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP).
A partir de ahí, algunos se apresuraron a sacar cuentas alegres y a relativizar las negativas noticias que estos vienen protagonizando en el último tiempo, incluido el paro de 83 días que azotó al SLEP de Atacama. Dicha interpretación, sin embargo, requiere de una mayor cautela. Primero, porque la mayoría de los colegios pertenecientes a dicho servicio ni siquiera pudieron rendir el Simce. Y, segundo, porque el alza promedio de los SLEP se da junto con un aumento a nivel nacional, de manera que, antes que los datos brutos, lo que se debe comparar es la trayectoria de estos con colegios semejantes en las mismas comunas, centrándose en aquellos servicios que llevan un tiempo prudente como para atribuirles los cambios registrados. En efecto, solo en los cuatro SLEP creados en 2018 se midió a una cohorte de 4° básico que ha cursado toda su enseñanza preescolar y básica bajo dicha administración.
Pues bien, al hacer este ejercicio, los datos indican, primero, que en estos cuatro SLEP persiste la brecha negativa respecto al promedio de los colegios particulares subvencionados. Pero en el caso de Barrancas y Huasco, esta brecha se acorta, pues los SLEP muestran una mejora respecto a la administración municipal previa, así como respecto a los colegios comparables. Ello, no obstante, viene de una trayectoria positiva anterior a su instalación y que, por lo tanto, no puede aún atribuirse a estos. Mientras tanto, si bien los SLEP de Costa Araucanía y Puerto Cordillera también subieron su promedio Simce respecto a 2022, no exhiben una mejora en su trayectoria respecto a la administración previa ni a los establecimientos particulares subvencionados.
La heterogeneidad en los resultados de estos cuatro servicios no es muy distinta a la que caracteriza a los municipios como administradores de la educación, por lo que no es posible afirmar que el nuevo Sistema de Educación Pública esté ofreciendo mejores condiciones para una correcta gestión educativa. Más aún con las dificultades relevadas por auditorías a diversos SLEP, la mayor rigidez y burocracia en el uso de los recursos y los conflictos políticos que siguen rondando. Los resultados del Simce sugieren que la clave para avanzar no parece estar en cambios estructurales, sino en mejoras de la gestión al interior de cada colegio y en la generación de las condiciones propicias para que estos puedan responder de forma oportuna y autónoma a sus necesidades.
Por María Paz Arzola, Libertad y Desarrollo
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