Columna de Martín Andrade: Otra vez, reconstrucción

Boric y Saball


Como si no fuese suficiente preocupación, a la crisis por el déficit habitacional se sumó la urgencia por reconstruir al menos 1.500 viviendas quemadas por los mega incendios que aún no terminan. En este escenario es alentadora la designación de la exministra Paulina Saball para liderar el proceso, pues tiene la experiencia de haberse enfrentado a los nudos que suelen retrasar las respuestas a las víctimas.

Otra vez, entonces, el país deberá abocarse a la reconstrucción. Si bien el trabajo hoy está más orientado hacia comunidades rurales afectadas, vivencias anteriores nos enseñan que una planificación urbana integral a largo plazo, el trabajo mancomunado con comunidades, la incorporación de los privados y organizaciones de la sociedad civil, y contar con una institucionalidad robusta con buenos diagnósticos y atribuciones, permite avanzar mejor y más rápido.

Tal como lo indicó la nueva delegada para la reconstrucción, “debe hacerse un esfuerzo para que estén todos incorporados”. Así debe ser. Santa Olga, Constitución, Coliumo, Valparaíso y tantas otras localidades golpeadas por desastres naturales han presenciado en diversas escalas los beneficios de alianzas virtuosas con empresas, la academia y organizaciones ciudadanas comprometidas. Esta relación debiera promoverse, articularse y cuidarse para garantizar un apoyo equitativo en cada sector afectado.

Los embates sufridos en 2010 por localidades costeras nos reiteraron la importancia de planificar las ciudades con un diseño que mitigue futuras catástrofes. Si hoy ya sabemos que las condiciones propicias para los mega incendios forestales solo empeorarán, ¿tenemos bien resuelta la manera en que las ciudades crecen hacia la periferia o el manejo preventivo de la interface urbano-rural? ¿Los habitantes de estos territorios saben qué hacer ante una emergencia similar, al igual como hoy sí lo sabe un residente de zonas costeras cuando existe una alerta de tsunami?

Los trágicos incendios de esta temporada además encontraron a una nueva institucionalidad -Senapred-, aún en instalación. Ya debieron coordinarse con autoridades locales, regionales y nacionales que se superponen sobre los distintos territorios, por lo que finalizada esta emergencia será un buen momento para evaluar. Su rol preventivo, fortalecido, oportuno y con recursos propios más el aporte de las empresas y la sociedad civil, serán cruciales para la respuesta desde la planificación urbana, en un Chile afectado por el cambio climático y por la irresponsabilidad o la intención de dañar de algunos que parecen no entender el significado de vivir en sociedad.

Por Martín Andrade, Director ejecutivo de Corporación Ciudades.