Columna de Mauricio Villena: ¿Pueden los aranceles salvar el empleo?

Dedvi Missene


Para revertir la decisión de cerrar sus acerías, CAP solicitará a la Comisión Antidistorsiones aranceles entre 25 y 33% a las importaciones del acero chino. ¿Cómo afectaría? Un aumento de aranceles al acero importado chino permitiría a los productores nacionales elevar precios y márgenes, y así mejorar su competitividad, lo cual ayudaría a mantener las acerías en funcionamiento, salvaguardando cerca de 22.000 trabajos asociados.

¿Cuál es entonces el problema? De subir los aranceles de manera considerable, las empresas que dependen de los insumos de acero se enfrentarán a precios más altos, por lo que tendrían que elevar sus precios o reducir márgenes, lo que restaría competitividad frente a las importaciones competidoras. Del mismo modo, los exportadores chilenos que necesiten acero o insumos relacionados, como la minería, se enfrentarán a costos más elevados y tendrán que aumentar precios de exportación o reducir márgenes de beneficio. Estos efectos podrían provocar en el tiempo una reducción del empleo en estas industrias y, posiblemente, también el cierre de plantas.

¿Existe evidencia empírica que confirme estos pronósticos? En 2002, el Presidente Bush introdujo aranceles sobre el acero de hasta el 30%; diversos estudios reportan un importante aumento de los precios del acero y la pérdida de cerca de 200.000 trabajos en todo Estados Unidos, cifra superior al número de trabajadores empleados por los productores de acero (187.500) en dicho momento (Hufbauer y Ben Goodrich, 2003; Francois y Baughman, 2003). Más recientemente, el Presidente Trump en 2018 anunció un arancel del 25% a las importaciones de acero, buscando proteger el empleo de la industria siderúrgica estadounidense. Flaaen & Pierce (2019) concluyeron que los aranceles de Trump provocaron reducciones relativas en el empleo manufacturero y aumentos relativos en los precios de producción. Amiti et al. (2019) encontraron que estas políticas disminuyeron los ingresos reales de los trabajadores y redujeron el crecimiento del PIB. Un trabajo de este año en el NBER demostró, además, que la guerra comercial causada por las medidas proteccionistas de Trump tuvo también claras repercusiones negativas sobre el empleo (Autor et al. 2024). De aquí, es clave evaluar ex ante cuántos puestos de trabajo se verían afectados por estas medidas en el caso chileno, siendo necesario realizar estudios de equilibrio general para estimar las pérdidas de empleo para la economía como un todo y saber también en qué sectores.

Esta discusión es muy antigua en economía, ya en el siglo XVIII David Ricardo, quien junto a Adam Smith sentó las bases de la teoría del comercio internacional, propiciaba el libre comercio ante el parlamento británico, oponiéndose a la imposición de aranceles a las importaciones. Actualmente existe un amplio consenso entre economistas en que el proteccionismo tiene un efecto negativo sobre el crecimiento y el bienestar económico, mientras que el libre comercio y la reducción de barreras comerciales tienen un efecto positivo. El modelo económico chileno de las últimas décadas ha propiciado el libre comercio, un giro proteccionista iría en contra de esta estrategia, que ha sido clave en el desarrollo económico del país; además de generar una potencial respuesta comercial de China, nuestro principal socio comercial.

Por Mauricio Villena, decano de la Facultad de Administración y Economía, Universidad Diego Portales