Columna de Max Colodro: El final de los tiempos
Gabriel Boric ha confirmado que el actual gobierno se terminó y que la campaña por la sucesión ya está en marcha. La principal derivada de su mensaje a la nación es que los proyectos de su programa aún vigentes están en la práctica desahuciados y, por tanto, ha decidido instalar una nueva agenda, con materias que permitan reanimar el ethos cultural del progresismo, aunque dicha agenda sea hoy muy lejana a las prioridades y urgencias de la gente.
Así, aborto libre, eutanasia y negociación ramal, entre otras cosas, serán ahora los ejes que empezarán a centrar la discusión política, como moneda de cambio frente a una reforma previsional, un pacto fiscal o un rediseño del sistema político para los cuales, ya está claro, no hay ni habrá votos disponibles en el escenario electoral. Al Presidente y a su administración no les quedó más opción que aceptar el duro peso de la realidad y el cambio de circunstancias. Sin ir más lejos, es interesante hacer el ejercicio de escuchar el primer mensaje presidencial de 2022 y compararlo con el de una semana atrás. El contraste es abismal; en apenas dos años el imaginario de una generación llena de pretensiones fue literalmente borrado del mapa, y reemplazado por una moderación forzada por las circunstancias.
Casi como metáforas del nuevo momento, el aborto libre se convierte entonces en la revancha triste frente al sueño también abortado de cambiar el mundo. Y la eutanasia se instala como símbolo de la muerte autoinfligida por una generación candorosa, otra más, que terminó estrellada contra el muro de los hechos y el de su propia ingenuidad. Venían a enterrar al modelo y el modelo los enterró a ellos. Iban a ser la tumba del neoliberalismo, pero no hubo más lápida que la instalada sobre sus propias cabezas, exhibidas al final como trofeos y lecciones de la historia.
En medio del naufragio, no quedó por tanto más alternativa que intentar salvar los muebles y reagruparse para seguir viviendo del erario público que, en realidad, siempre ha sido lo único importante. Lo demás es un decorado, cantos de sirenas para oídos y corazones inocentes, que ahora serán arrastrados de nuevo a un debate moral sobre el aborto libre, la eutanasia y seguramente en los próximos meses, también, al combate por el lenguaje inclusivo, contra el machismo y el patriarcado. En rigor, lo mismo de siempre, el botiquín de emergencias usado cuando ya no queda nada y todas las batallas emblemáticas se han perdido.
El Presidente Boric no podía confesarlo, pero no fue necesario: si en la primera mitad de su mandato no hubo reforma previsional ni pacto fiscal, es todavía más difícil que lo haya en la segunda mitad. Más aún en el escenario electoral y con el gobierno buscando repolarizar al país con temas como el aborto libre. En simple, el tiempo para lo importante ya se acabó y lo que viene ahora es un juego conocido, donde lo único que realmente importa es la sobrevivencia.
Por Max Colodro, filósofo y analista político
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