Columna de Max Colodro: Ruido presidencial
Un período de gobierno de cuatro años es por definición muy breve, y naturalmente las opciones que buscan la sucesión empiezan a irrumpir antes de llegar a la mitad de la administración que ejerce el poder. Cuando además los gobiernos arrastran desde temprano debilidades crónicas de liderazgo, carencias de diseño estratégico y de gestión política, el instinto natural de los potenciales contrincantes es anticipar los plazos, llenar el vacío, abriendo el cauce para confrontar a un gobierno, una agenda y una gestión con serios problemas de confianza y credibilidad.
En el marco de la controversia constitucional, la reciente toma de posiciones de la alcaldesa Evelyn Matthei, respecto a la inviabilidad de proyecto actual, no solo fue sorpresiva y categórica, sino que vino a “presidencializar” el debate político al interior de la derecha. Obligó, por tanto, a una rápida respuesta de José Antonio Kast, todavía más arriesgada y sorprendente: el líder de Republicanos no solo dijo tener la convicción de que el texto emanado del Consejo es una buena Constitución y que debiera ser aprobado, sino que afirmó también su confianza en que podrá -en dos meses- dar vuelta los malos resultados que exhiben hasta ahora casi todas las encuestas.
Así, la discusión constitucional adquirió para el sector una impronta de “preprimaria” presidencial, donde por un lado Matthei sostuvo hace dos semanas que “el proceso va derechito al fracaso y, en las actuales condiciones, no se va a aprobar”, mientras Kast contestó que el texto del Consejo es bueno para Chile, sumando confianza en que su sector “dará vuelta el resultado en dos meses y medio”. Es cierto que la alcaldesa de Providencia no ha descartado terminar respaldando la propuesta, en caso de mejoras, pero desde el punto de vista de las señales políticas, quien tomó el estandarte del “A favor” y ha decidido jugarse todo su capital político para revertir el duro escenario que hoy anticipan las encuestas, es el líder republicano.
Si los números no cambian Matthei irá reforzando su posición en el sector, conectará mejor con ese espíritu de derecha que nunca quiso un proceso constituyente y estará del lado de los ganadores el 17/D. Pero si en dos meses el escenario cambia hasta el punto de que se produce el resultado -hasta ahora improbable- y el “A favor” logra imponerse, José Antonio Kast se habrá anotado un triunfo mayúsculo, que lo dejará con un enorme capital político y en una notable posición para iniciar un despegue presidencial
En fin, son las excentricidades del laberinto constituyente en el que Chile entró por su propia voluntad; un proceso impuesto desde la calle por la izquierda y que ahora controla la derecha. Y que, en función de los próximos alineamientos y del resultado en el plebiscito, terminará no solo definiendo si Chile tiene una nueva Constitución o se queda con la vigente. También será el proceso en que la derecha confirme cuál de sus cartas presidenciales quedó mejor aspectada para lo que viene.
Por Max Colodro, filósofo y analista político
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