Columna de Michèle Labbé: “Cuando la realidad nos alcanza”

Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados
Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados

"El afán de las autoridades de izquierda y centroizquierda de aumentar la recaudación tributaria a costa de disminuir los incentivos a emprender y producir, que impulsó la reforma tributaria de Bachelet y hoy impulsa la reforma tributaria propuesta por el gobierno, generó una caída en el crecimiento económico de más de 2,0% anual, lo que reditúa en que TODOS los chilenos somos mucho más pobres de lo que hubiéramos sido con dicha reforma tributaria, y el gobierno recaudaría hoy más recursos para poder redistribuir entre los más desposeídos"



En el primer día de marzo, cuando nuestro Congreso vuelve a abrir sus puertas después del receso de verano, cómo no volver a pensar en una de las políticas más populistas, decadentes, y perversas que han aprobado nuestros parlamentarios, los retiros de los fondos de pensiones.

Y los tres retiros aprobados son mi primer pensamiento de marzo, porque podría apostar que antes que el gallo cante tres veces, tendremos al algún parlamentario populista, decadente y perverso proponiendo un nuevo retiro, y lo peor...Tendremos a parlamentarios de todas las tendencias negociando su voto, pese a que ya se ha sentido la primera parte del daño que generaron estas políticas.

Pese a que todos los economistas serios fuimos tajantes en advertir que la política de los retiros de pensiones era una muy mala política pública, que generaría inflación en el corto plazo y serios problemas de pensiones en plazos mayores, quienes viven del clamor popular y de la ideología hicieron la vista gorda, y abrazaron la idea, cuyo primer y principal objetivo era destruir el sistema de pensiones hacia el cual todo el mundo desarrollado está virando, e instalar un sistema de pensiones que está quebrando en todo el mundo.

Sin embargo la realidad nos alcanzó, la inflación superó 14% anual sólo unos pocos meses atrás, generando que - en promedio -, los trabajadores chilenos sean todos más pobres, pues los salarios no han podido subir a la misma velocidad que los precios.

Lo más increíble de todo esto, es que la ideología de algunos los vuelve tan ciegos, que culpan de la inflación de cualquier cosa, menos de su propia irresponsabilidad, tanto que un ministro de gobierno llegó a culpar hasta a las pymes, para no tener que reconocer que se equivocaron y no escucharon a quienes les advirtieron.

La historia que les acabo de contar es, por cierto, muy dolorosa para muchos chilenos que han visto como la capacidad de compra de sus ingresos se ha visto disminuida, pero nos deja una única y gran lección, las catástrofes anunciadas (nos llamaban catastrofistas a quienes lo advertimos) sucedieron tan rápidamente, que la realidad se les interpuso en el camino y gran parte de los chilenos lograron darse cuenta de quienes fueron los que mintieron y quienes decían la verdad.

El problema, es que la mayor parte de las catástrofes anunciadas por quienes nos dedicamos a estudiar los fenómenos usando números y mirando la realidad y no transformándola con la ideología, suceden muchos años después de haberse implementado las políticas, pues los efectos son lentos y por lo tanto, se hace difícil, asociar las causas a los efectos. Sin embargo, el que los efectos se demoren en mostrarse no los hace menores, de hecho son acumulativos y por tanto, mientras mayor es el plazo, mayor es el efecto.

La razón por la que les estoy contando esto, es que analizando los números de crecimiento económico y de expectativas, hoy es posible observar un cambio de tendencia después de la implementación de la reforma tributaria de Bachelet (cambio estructural se llaman en economía), la cual se ha constituido como la primera de las grandes políticas públicas que cambió el eje de la política económica, desde enfatizar en el crecimiento y la disminución de la pobreza, a priorizar la distribución del ingreso, olvidando que para redistribuir, primero hay que tener algo que distribuir y por lo tanto hay que crecer.

Los efectos que hoy ya podemos observar, es que el afán de las autoridades de izquierda y centroizquierda de aumentar la recaudación tributaria a costa de disminuir los incentivos a emprender y producir, que impulsó la reforma tributaria de Bachelet y hoy impulsa la reforma tributaria propuesta por el gobierno, generó una caída en el crecimiento económico de más de 2,0% anual, lo que reditúa en que TODOS los chilenos somos mucho más pobres de lo que hubiéramos sido con dicha reforma tributaria, y el gobierno recaudaría hoy más recursos para poder redistribuir entre los más desposeídos; y a menos que reconozcamos la cruda realidad, que las lindas palabras y frases de la izquierda en Chile y en el mundo, sólo han generado pobreza y volvamos a poner el foco en el crecimiento y la disminución de la pobreza, son muchos los chilenos que seguirán sufriendo a manos de políticos ideologizados y populistas.

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