Columna de Ornella Bono: Inclusión al banquillo: veamos qué pasa en abril

Ejecutivas

"Creo que no solo debemos enfocarnos en lo que debe hacer la sociedad, la empresa o el directorio para aumentar la presencia femenina en el board, si no que debemos pensar en el rol que debemos desarrollar y visibilizar en el camino hacia los directorios."



“Si se enfrentan los problemas fundamentales de inclusión, lo otro (el desarrollo económico) se va a solucionar solo”, señaló el economista James Robinson – autor del libro “Por qué fracasan las naciones”– durante su visita a Chile hacia fines del año pasado, y lo volvió a destacar en el McKinsey Forum de la semana pasada, mencionando que en nuestro país hay elementos de no-inclusión en todas partes.

El desafío es grande; para todos y en todos los ámbitos, debemos ser especialmente cuidadosos de cara a nuestro entorno, para que todos confiemos en las organizaciones con las que nos relacionamos. Estar orgulloso de la empresa donde me desempeño, estar satisfecho con los servicios que contrato, estar alineado con los valores de las instituciones con las que interactúo, nos hace ser parte. Sentirnos incluidos debería ser objetivo de todos.

Empecemos de a poco. En cuanto a las políticas de diversidad e inclusión, uno de los debates actuales gira en torno a la presencia de mujeres en los directorios. Según un estudio de la Asociación Gremial Mujeres Non Stop, publicado por Pulso, de 247 puestos en los directorios de las 29 empresas del Ipsa, las mujeres solo ocupan 47 asientos, casi llegando al 20%.

A casi cuatro meses del ingreso a la Cámara Baja del proyecto de ley “Más mujeres en directorios”, la comisión de Mujeres y Equidad de Género acaba de aprobar la idea de legislar. Se propone una fórmula mixta de cumplimiento gradual. Hace pocos días se informaba en prensa: “Con el objetivo de que a seis años de su entrada en vigencia se exigirá que al menos el 40% del directorio sean mujeres. Se espera que en los primeros tres años sugerirá cumplir con una cuota de al menos 20% de mujeres”.

Por lo pronto, un estudio del Instituto de Directores de EY señala que el 70% de los encuestados percibe que la Ley de Cuotas no es un tema clave al interior de su organización de cara a las juntas de accionistas 2023, y en la misma línea, un 60% afirma que tampoco va a haber cambios sustanciales en la composición de las mesas este año, cuando aún no esté rigiendo la ley.

Veamos cómo va evolucionando este tema. Tendremos una primera impresión del avance con las renovaciones de algunos directorios durante abril. Sin embargo, independiente del marco regulatorio, la inclusión es un imperativo social tácito del que las organizaciones tienen que hacerse cargo.

¿Cómo se avanza? Desde el lado de las propias mujeres, hay que prepararse para asumir la gran responsabilidad de ser Directora de Sociedades Anónimas. No se trata sólo de llenar sillas, sino que las directoras sean capaces de tener una voz, una influencia y de generar valor concreto, distintivo y diferenciador. Es vital para la supervivencia de una organización, aportar con una visión de largo plazo, además de entender y anticiparse a las señales y cambios.

En este contexto, ¿qué podemos hacer las mujeres? Creo que no solo debemos enfocarnos en lo que debe hacer la sociedad, la empresa o el directorio para aumentar la presencia femenina en el board, si no que debemos pensar en el rol que debemos desarrollar y visibilizar en el camino hacia los directorios.

Hay que entender que alcanzar un espacio en la mesa no siempre es un fin en sí mismo, llegar ahí debería ser coherente con un propósito personal de desarrollo profesional y motivación para aportar. La experiencia acumulada ayuda, sobre todo en roles de directivos en organizaciones grandes y complejas.

¿Cómo empezar? Participar en el board de una fundación, de un gremio, de una empresa de menor tamaño o de una start up, es un gran punto de partida. Este tipo de experiencia permite entrenar las habilidades de escucha, influencia, llegar a acuerdos, desarrollar el sentido de propósito, aprender a indagar, sin dejar de estar permanentemente actualizada y preparada.

Para alcanzar niveles de inclusión no-cosméticos, nos queda un largo camino por recorrer. Nadie dijo que era fácil.

* La autora es socia directora de Humanitas/ Cornerstone Chile.