Columna de Óscar Guillermo Garretón: Cómo decirlo en pocas líneas

Mientras la política nacional se desvela con lo que se le viene en marzo, el mundo vive la estupefacción de la asunción de Trump y el vuelco que impuso en política internacional.
El orden mundial cambió de golpe. Pareciera que el nuevo orden tiene un triunvirato al mando para rivalizar o concordar: Trump, Putin y Xi. Tres que han mostrado escasa sensibilidad democrática. Los tres buscan ser “great again”; sea soñando con pasados estadounidenses más recientes, con el imperio de los zares y Stalin, o con el poder sin límites de ese imperio chino iniciado en dinastías milenarias y continuado en Mao, Deng Xiaoping y Xi Jinping. El expansionismo confeso parece ser la tónica. Ucrania, Taiwan, Tibet, Groenlandia, Canal de Panamá. También soplan vientos proteccionistas con aranceles y otras amenazas. Ningunean a Europa, imaginen como ven al resto. La democracia no tiene bando propio en ese triunvirato.
Estos neonacionalismos, con arrestos proteccionistas, anexionistas y autoritarios, no son ajenos a la creciente debilidad de los estados nacionales en tiempos de globalización. Las redes de todo tipo sin fronteras, los incontenibles desplazamientos migratorios, las alteraciones a los statu quo locales. Actores privilegiados de esos cambios son corporaciones supranacionales que, como nunca antes, determinan la vida y la generación del pensamiento y cultura en las sociedades. Meta, X, Amazon, Google, Tiktok, son parte cada vez más plena e influyente de la vida cotidiana del planeta. Su riqueza supera aquella de la mayor parte de los países y han comenzado a influir directamente en la gobernanza de los estados. Elon Musk alienta al neonazi AfD en las recientes elecciones alemanas y amenaza apagar su red satelital en Ucrania si no se aviene a los dictados de Trump.
Su liderazgo tecnológico no es banal. Apple anunció ante Trump, que invertirá en EE.UU. US$ 500.000 millones en el desarrollo de Inteligencia Artificial (AI); mucho más que el PIB completo de Chile. Corporaciones de Musk y Bezos desarrollan vehículos espaciales y redes satelitales para colonizar el espacio exterior. “Startups” anuncian para 2027 exploraciones mineras en asteroides. No me sorprendería que chilenos hoy vivos, alcancen a ver explotaciones mineras de cobre o litio logradas por la tecnología de grandes corporaciones supranacionales en otros planetas y asteroides. Y me pregunto, ¿corporaciones como las mencionadas, verían con malos ojos una entente de Trump y Putin para que ellas exploten la riqueza minera y agrícola del gigantesco territorio de una Rusia precaria financiera y tecnológicamente?
Con estos actores políticos y privados ansiosos de gobernar nuestro planeta y más allá, la defensa de la democracia se hace más imperiosa. Alienta la dignidad y fuerza con que líderes democráticos europeos comienzan a reaccionar ante las agresiones y embustes de Trump.
Por Óscar Guillermo Garretón, economista
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