Columna de Óscar Guillermo Garretón: Entre dos votos a favor

Estadio Sausalito Viña del Mar  Primarias 2017


El plebiscito es entre dos votos a favor. A favor del nuevo texto nacido del actual proceso democrático o a favor de la Constitución vigente si se vota en contra del primero. No es sobre cuál me parece maravillosa. Seguro que ninguna.

Esta peculiar situación provoca un primer dilema. Quienes voten a favor lo harán por un texto constitucional de inobjetable generación democrática. A uno puede gustarle más o menos el texto o el elenco de constituyentes que la ciudadanía eligió, pero lo que es incuestionable en su sello democrático. En cambio, votar por la de “los 4 generales”, como durante años calificó el oficialismo a la Constitución vigente, significa concluir que una constitución de origen dictatorial puede serle más aceptable que una de origen democrático.

Aparte de este dilema incómodo para algunos, al menos para mí, hay algo previo a la discusión de textos. Están demasiado presentes en los hogares de todo Chile, el estancamiento económico, la inseguridad en el orden público, las incertidumbres de la salud y la inoperancia en educación, como para ignorar que mantener abierta la incertidumbre constitucional nos está destruyendo como sociedad. La actual Constitución, sean cuales sean sus méritos y pecados, ha sido difamada, ninguneada e incluso violada desde los propios poderes del Estado. Votar a favor de mantenerla, significa prolongar el vacío institucional en que vivimos desde que hace años.

Tampoco la actitud del oficialismo me es indiferente. Se negaron en bloque a cualquier entendimiento para moderar el texto. Incluso en artículos en que tenían acuerdo con Republicanos, Chile Vamos, Amarillos o Demócratas, prefirieron presentar textos separados. Al igual que en el caso del texto rechazado en el plebiscito del 04/S de 2022, su objetivo no ha sido construir “una constitución para todos”, sino más bien instrumentalizar el debate constitucional para propinar una derrota a la derecha. En la falta de acuerdos todos pudieron hacer más, pero las responsabilidades no son las mismas. Y me hacen añorar más la propuesta “acuerdista” de la comisión de expertos.

Por último, en la comparación de ambos textos, tres asuntos me importan más que otros. Lo primero, es si la nueva propuesta incluye más o menos definiciones en torno a un Estado social de derechos que la vigente. Lo segundo, es cuál de las dos me asegura un mejor sistema político que supere la actual incapacidad para dar gobernabilidad decente a Chile. Lo tercero, cuál de las dos tiene quórums que hagan más accesibles reformas posteriores, para mejorar lo que ahora se apruebe que, a todas luces, no llena completamente a nadie.

Estos son, a mi juicio, ingredientes claves de una decisión. Como suele ocurrir en la vida, no hay alternativas perfectas y en esta ocasión, terminarás en una, aun deseando abstenerte. Explora tus razones para optar y hazlo.

Por Óscar Guillermo Garretón, economista