Columna de Óscar Guillermo Garretón: Tres gotas
En verdad, me tienen harto. No es lo peor que hemos vivido en estos años donde la política y la vida cotidiana se han degradado groseramente, pero hay momentos en que modestas gotas rebalsan el vaso. Es el caso de tres gotas en el pasado viernes. ¿Solo el oficialismo provoca mi hartazgo? No, también la extrema derecha. Pero he aprendido que no todo cabe en los magros caracteres de una columna. Son esas tres gotas las que entintan esta página.
La primera fue una funa más a Sergio Micco, esta vez en su hogar y ante su familia. Estos emuladores de prácticas nazis, nos advierten del país en que viviríamos si tuvieran poder para imponer su voluntad a los que no son de su gusto. Piénsenlo un solo instante cada vez que ocurra y no solo por el afectado; por Chile y por cada ser humano. Hoy es la funa, solo porque no pueden hacer más para violentar la vida cotidiana de una persona y de su familia. Para mayor repugnancia, buscan ennoblecer su violencia aludiendo a derechos humanos.
La segunda gota, es aparentemente distinta. Fue la entrevista a Teresa Marshall, ex rectora de la Universidad de Aysén entre 2016 y 2019, a quien conocí en las luchas por la reforma universitaria y más tarde por su profesionalismo y compromiso social. Su mensaje es desolador: “En esta universidad se perdió el pluralismo”. Y abunda en detalles. Crisis financiera, escasos alumnos, consejo superior sin quorum porque llevan dos años sin que el Presidente de la República nombre a sus 4 representantes, sobrecontratación de personal entre otras cosas para suplir a académicos que no van a clases, profesorado dividido en bandos desde que una nueva rectora militante de Revolución Democrática inundó de militantes frenteamplistas el plantel y -¡qué sorpresa!– invitó a “colaborar” con la universidad a Democracia Viva, entidad de cuyo consejo asesor era miembro. O sea, una universidad yéndose al carajo y una práctica política incompetente y defraudadora no exclusiva de Antofagasta, sino presente también, en otros ámbitos y territorios.
Por si algo faltara este viernes, la prensa entrevista a Manuela Royo, ex convencional, quien fundamenta su voto En Contra y preferencia por la actual constitución –esa que abominaron y agujerearon por años- porque “puede ser más fácil de reformar”. En otras palabras, mientras los partidos oficialistas prometen que “hoy” (sic) no hay opción para reabrir un nuevo proceso constitucional, la ex convencional Royo nos advierte que ese “hoy”, si no es de 24 horas, durará poquito más; y que razón importante para votar En Contra es que facilita reiniciar ese proceso constituyente en que nos han embarcado por años, arruinando institucionalidad, economía y convivencia social.
Sí, me tienen harto su escasa moral, su descaro y su chapucería. Y prefiero compartirlo. No vayan a esgrimir después que “nadie me dijo, nunca lo supe ni me imaginé”.
Por Óscar Guillermo Garretón, economista