Columna de Pablo Allard: Hacia ciudades más justas
En el contexto de la excelente XXII Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile “Hábitats Vulnerables,” y con la ocasión de la entrega del Premio Nacional de Urbanismo a la arquitecta especialista en vivienda social Joan McDonald, el ministro de Vivienda y Urbanismo Carlos Montes, junto al Jefe de la División de Desarrollo Urbano lanzaron el “Plan Ciudades Justas.” La iniciativa busca recuperar el rol público del Estado en la creación de valor en las ciudades, a través de una serie de medidas de planificación, gestión e inversión urbana para el período 2023-2026.
El plan es una buena noticia, luego de casi un año en que el ministerio se ha abocado de lleno en el Plan de Emergencia Habitacional, y cuando muchos urbanistas criticábamos la falta de atención a la ciudad y el territorio. Ello evidenciado en que en casi un año de gobierno todavía no se ha nombrado a quien presidirá el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, institución del Estado que precisamente vela por el adecuado equilibrio entre políticas, programas y proyectos de vivienda, ciudad y territorio.
Lo interesante del nuevo Plan es que más que instalar una cartera de proyectos emblemáticos como parques, equipamiento o urbanización, lo que busca es alinear el actuar del ministerio con la visión política e ideológica que orienta al programa de gobierno del Presidente Boric, poniendo acento en el rol del Estado como promotor y una mayor sensibilidad hacia el rol de las comunidades, con énfasis en generar mayor diversidad en el acceso a la vivienda, perspectiva de género y enfoque de cuidados.
En palabras del ministro Montes, “el equipo del ministerio está tratando de perfilar sentidos, acciones, pero especialmente tratando de perfilar una manera de conversar sobre la ciudad, porque si no hay una conversación social sobre ella, esto no avanza”.
El plan se divide en cuatro grandes líneas de acción: (I) Nueva Agenda de Ordenamiento Territorial; (II) Territorios de Oportunidad; (III) Gestión de Suelo; y (IV) Agenda de Género y Territorio de los Cuidados, desde las cuales se derivan una serie de medidas específicas.
La nueva Agenda de Ordenamiento Territorial propone una reforma a la planificación urbana, que incluya modificaciones reglamentarias, y un proyecto de ley que optimice y acelere los tiempos, objetivos y gestiones para la elaboración y actualización de los Planes Reguladores Comunales. En cuanto al eje Territorio de Oportunidad, se propone la construcción de una decena de proyectos integrados de vivienda asequible, equipamiento, espacios públicos, patrimonio y desarrollo de infraestructura, que buscan poner el foco en la gestión comunitaria, la cohesión social y el rol de los cuidados. Esto se verá reflejado en una serie de Proyectos Ciudades Justas que se desarrollarán en las regiones de Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Metropolitana, Maule, Araucanía, Los Ríos y Magallanes.
Ahora que ya contamos con una agenda urbana de parte del gobierno, es urgente reactivar el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, de manera de velar por que este plan pueda implementarse y validarse con la participación de las distintas instituciones y organizaciones representadas en este organismo del Estado. Ya que, parafraseando a Joan McDonald en su discurso de aceptación del Premio Nacional de Urbanismo, “las ciudades no se construyen desde arriba, se tejen desde abajo”.
Por Pablo Allard, decano Facultad de Arquitectura UDD
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