Columna de Pablo Carvacho: Enusc 2022, un mejor termómetro para un momento criminal complejo
La Enusc 2022 muestra algunos resultados interesantes, entre ellos, que la victimización agregada alcanza un 21,8%. Como era de esperar, se recuperaron los niveles de victimización prepandémicos. La buena noticia es que aún esta tasa es menor al 23,6% del año 2019. Así, se confirma una tendencia de cerca de una década a la baja en los delitos usualmente medidos.
Sin embargo, dentro de los delitos que conforman esta tasa agregada, aumentan de manera relevante -en relación con los niveles prepandémicos- los robos con violencia e intimidación (4% el 2019 y 4,4% el 2022). Este resultado es menos alentador porque parece confirmar, en parte, ciertos patrones delictuales de mayor violencia que estamos observando frecuentemente en las noticias policiales. Finalmente, la tasa de percepción a nivel país llega a su peak histórico alcanzando un 90,6%. Aunque menos mencionado, y quizás más preocupante, aumenta también la percepción de inseguridad de las personas a nivel de región y particularmente en sus barrios (de 72% a 79% y de 46% a 56%, respectivamente), lo que da cuenta de que esta sensación de inseguridad país está alcanzando cada vez más a los entornos cercanos de las personas.
Así, los resultados parecen ser en cierto punto contradictorios. Esto ocurre porque el instrumento que conocíamos para medir el delito se encontraba en alguna medida obsoleto, es decir, no estaba permitiendo entender adecuadamente el fenómeno de la criminalidad y sus actuales manifestaciones. Por eso, la modificación de la Enusc debe ser necesariamente valorada. El nuevo instrumento no solo va a tener un alcance comunal, cuestión fundamental para dotar de mejores diagnósticos al Estado, sino que, además, integra indicadores que permitirán dimensionar mejor el avance de la criminalidad más compleja, con mayor nivel de fuego y más violencia. Entre otros, desarrolla la categoría de delitos violentos, inexistente hasta hoy.
De aquí que resulten poco entendibles las posiciones que buscan sacar provechos políticos de estos cambios. Quienes hemos sido parte del consejo asesor hemos visto apertura y transparencia en el proceso. En este espacio, muchos de nosotros expresamos los legítimos temores que estos cambios podrían traer para la continuidad de la serie histórica. La buena noticia es que el Instituto Nacional de Estadísticas ha ofrecido análisis robustos que dan cuenta de la comparabilidad de la nueva Enusc. Por lo demás, este no es el primer cambio metodológico que sufre la encuesta, ni tampoco será el último. Esto, si queremos ajustar nuestros instrumentos al dinamismo propio de criminalidades más complejas.
Por Pablo Carvacho, director de Investigación y Desarrollo del Centro Justicia y Sociedad UC
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