Columna de Pamela Figueroa: Escenario post plebiscito: una política presente

plebiscito


El domingo 17 de diciembre, justo una semana antes de Nochebuena, 13.008.594 electores concurrieron a las urnas, representando un 84,44% del padrón electoral en Chile y el exterior. Este alto porcentaje de participación electoral es una buena noticia, pues es una señal importante de que valoramos la democracia como la manera de resolver nuestras diferencias y controversias.

El plebiscito nos convocó nuevamente a decidir sobre la cuestión constitucional. La ciudadanía en su mayoría se manifestó “En contra” del texto propuesto por el Consejo Constitucional, con un 55,76% de los votos para esta opción, constituyendo una señal clara de insatisfacción con la propuesta. Los votos nulos alcanzaron em 3,69% y los blancos 1,31%. Las razones por las cuales las personas decidieron por una opción u otra son disímiles, como lo fueron en el plebiscito de 2022, por tanto la prudencia indica no sacar conclusiones fáciles de este resultado. Es más, lo único meridianamente claro, es que el sistema político no ha sido capaz de ofrecer a la ciudadanía respuestas plausibles a los problemas que más afectan la vida de las personas, siendo la desigualdad, seguridad y economía los temas más recurrentes.

Si bien fue una conversación permanente durante estos últimos años que una nueva Constitución no era una solución mágica a los problemas del país, la necesidad de arribar a un nuevo texto se ha fundado en la convicción de que las condiciones institucionales del país no han permitido abordar dichos problemas. Estas condiciones institucionales se expresan en un sistema político permanentemente bloqueado y trabado, y una legislación que no garantiza derechos sociales que caminen a disminuir las brechas de desigualdad. Como lo han mostrado diferentes estudios de opinión pública, la gran mayoría de las personas espera que el sistema político proponga soluciones que surjan de la deliberación y del consenso, basados en la escucha, el diálogo, y sobre todo pensando en el bien de quienes más lo necesitan y no solo de quienes toman decisiones.

La ciudadanía está haciendo su parte. Participa en las elecciones, manifiesta sus preferencias, pero al mismo tiempo hay desconfianza y mucha desesperanza. Hoy el espacio de la política está en el Congreso, el gobierno, y también en gobiernos locales y regionales, y principalmente en los partidos políticos, que tienen un rol central en la política regular. La tarea es clara, pero no por eso fácil. Es tiempo de honrar verdaderamente el mandato de representación, y estar a la altura del compromiso ciudadano con la democracia. La ciudadanía está expectante de valorar los pasos que la política dé en las próximas semanas y meses. Para eso se requiere una política presente, mirando y escuchando a quienes debe representar.

Por Pamela Figueroa, Instituto de Estudios Avanzados, Usach