El pasado lunes 6 se cumplió el plazo legal para formalizar pactos electorales y declarar candidaturas para la elección del Consejo Constitucional, con miras a la elección del próximo 7 de mayo. Así es como comienza un cuarto año consecutivo de elecciones relativas al cambio constitucional en Chile: en 2020, el plebiscito constitucional; en 2021, la elección de convencionales constituyentes; en 2022, el plebiscito constitucional ratificatorio; y, en razón del rechazo a la propuesta constitucional y de un nuevo acuerdo político, en 2023 iniciamos un nuevo ciclo electoral, con elecciones del Consejo Constitucional en mayo, y volver a las urnas para un plebiscito ratificatorio en diciembre. Más allá de la incertidumbre e intentos fallidos, nuestra democracia está activa, y eso es un síntoma muy importante sobre las posibilidades que tenemos de definir nuestro futuro como sociedad.
Como país estamos buscando un pacto social y político que se exprese en un nuevo texto constitucional. Hemos ensayado distintos diseños de participación, diálogo, representación y deliberación. Necesitamos incorporar aprendizajes como sociedad. De los avances, es importante destacar que la paridad se ha instalado no solo como un mecanismo electoral, sino como principio democrático. La práctica de la paridad, de entrada y salida, ha mostrado que diseños institucionales inclusivos abren espacios a grupos importantes de la sociedad que han estado subrepresentados, y que la inclusión fortalece la democracia. Los escaños reservados para pueblos indígenas son también un elemento importante, y si bien se mantienen (en otro formato) para las elecciones de mayo, la baja inscripción de candidaturas es un factor a observar, esto, con miras a fortalecer la democracia con mecanismos claros de inclusión.
La elección del Consejo Constitucional en mayo de este año tiene elementos distintivos, como, por ejemplo, que será con voto obligatorio. Si bien ya se aplicó el voto obligatorio en el plebiscito de 2022, esta vez no solo tendremos que aprobar o rechazar una propuesta, sino que decidir quiénes nos representarán en la deliberación constitucional. Eso implica la necesaria información sobre las propuestas constitucionales, y lo que representan en términos programáticos, los pactos electorales, los partidos políticos, las candidaturas independientes, y de los pueblos indígenas.
Para dicha elección se han inscrito tres pactos electorales: Chile Seguro (RE, UDI y Evópoli), Unidad para Chile (Apruebo Dignidad, PL y PS), Todo por Chile (PPD, PR y DC), y los partidos Republicano y De la Gente han inscrito sus propias candidaturas, además de independientes y representantes de pueblos indígenas.
Durante marzo y abril se desplegará la propagada. Es clave para la ciudadanía informarse y participar. Decidiremos aspectos relevantes del futuro de nuestro país.
Por Pamela Figueroa, Instituto de Estudios Avanzados, Usach
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