Columna de Pamela Figueroa: Una nueva Constitución: en busca del diálogo y el consenso

Firma Acuerdo Constitucional


En diciembre de 2022, los partidos políticos con representación parlamentaria presentaron al país un nuevo acuerdo político para retomar el proceso de cambio constitucional, denominado esta vez “Acuerdo por Chile”.

Que exista un nuevo acuerdo político ya es una buena noticia, más allá de las distintas observaciones que podamos hacer a sus contenidos, alcances y efectos. Y es importante, porque en el caso de la trayectoria de cambio constitucional en Chile, el pacto político para un cambio sustantivo, ha sido elusivo.

Dos intentos institucionales previos nos muestran este proceso: (i) el Proceso Constituyente Abierto a la Ciudadanía (2016-2018), y (ii) la Convención Constitucional (2020-2022). En el primer caso, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, puso en marcha diálogos ciudadanos, un proyecto de reforma constitucional y un texto constitucional para ser discutido, pero no logró el acuerdo político para avanzar en su discusión. Primer proyecto fallido. En el segundo caso, el Congreso respondió al “estallido social” con un itinerario participativo e inclusivo, y la ciudadanía eligió a una Convención Constitucional ampliamente representativa, sin embargo, rechazó, en una acto democrático y electoral, la propuesta constitucional. Segundo proyecto fallido.

En un tercer ensayo, el Congreso despachó el proyecto de reforma constitucional que establece un procedimiento para la elaboración y aprobación de una nueva Constitución, como resultado del “Acuerdo por Chile”. Este tercer procedimiento se diferencia de los anteriores en su contexto social y político, y en el diseño institucional. Surge luego del rechazo del texto constitucional presentado por la Convención Constitucional, y en el escenario de un problema constitucional no resuelto. Un nuevo Congreso electo en noviembre de 2021, donde los partidos políticos vuelven a tomar protagonismo, es la arena donde se define la actual trayectoria, optando por un itinerario que incluye expertos (Comité de Expertos y Comité Técnico de Admisibilidad), representantes (Consejo Constitucional) y ciudadanía (con participación electoral y ciudadana). También se definieron 12 puntos denominados Bases Institucionales, lo que muestra acuerdo no solo en procedimiento si no también en contenidos generales.

Considerando que el cambio constitucional ha sido, como lo ha señalado el constitucionalista Tomás Jordán, por etapas; y que ha tenido como telón de fondo una ciudadanía dividida por la desconfianza y las desigualdades, el desafío de esta tercera oportunidad es enorme. Se debe dar un diálogo democrático y construir los consensos, para un texto constitucional que ofrezca a la ciudadanía aquellos aspectos que más se requieren: abordar las desigualdades, y fortalecer la democracia.

Por Pamela Figueroa, Instituto de Estudios Avanzados, Usach

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