Columna de Patricio Hales: Francia, oportunidades sin sometimientos

Francia, oportunidades sin sometimiento
Francia, oportunidades sin sometimiento. Foto: Dedvi Missene


Siguiendo la estela de reflexión que dejó el Presidente Macron, estadista que evidencia su graduación en filosofía, propongo ampliar los acuerdos firmados hacia áreas más sensibles que exigen el tipo de relación que, respetuosamente, Francia ha mantenido con Chile, sin intentos de imposición, ni dirigismo político ni económico. A diferencia de otras relaciones internacionales de derecha e izquierda, Francia no fuerza conducir nuestro país. Y aunque promueve su propia visión de la libertad, la democracia y el desarrollo, Chile nunca ha sufrido su intervencionismo. Francia no ha insinuado dominio sobre Chile. No somos parte de su “sector de control”, como nos ha considerado Estados Unidos e intentaron otros. No ha forzado alinearnos ni conducirnos.

Probablemente la presidencia de Trump en Estados Unidos, evidenciará más la diferencia de este trato sin intento de sometimiento que tenemos con Francia.

El peso francés en África, con presencia militar, con sus programas de seguridad en el Sahel, a menudo objetados en su país, es una política completamente distinta a la que tiene con Chile. No tenemos problemas heredados como en el Magreb ni de su parcial colonialismo en América. Somos distintos y distantes.

Desde esa tranquilidad deberíamos profundizar la relación con Francia en áreas donde las relaciones de poder exigen más confianza, más libertad y menos dependencia, tales como la militar, la ONU, los acuerdos internacionales, donde la falta de autonomía afecta. Nuestras compras de material bélico, sistemas de armas, equipamientos para nuestras FF.AA., en lo posible, deberían hacerse a países que no presionan nuestras decisiones políticas. No nos conviene una dependencia militar casi monopólica, casi exclusiva, con quienes buscan dominio político sobre Chile. No se trata de no comprarle a EE.UU. sino de diversificar esas compras de modo más libre. En defensa, los condicionamientos de dominio político son más determinantes. Es muy importante tener independencia política con los países proveedores de defensa.

La visita de Macron confirma la tradición de la política francesa de independencia con Chile.

Prueba exitosa fue comprar nuestros submarinos franceses Scorpéne , “O’Higgins " y " Carrera”, en el que sumergiéndonos a cien metros después del maremoto 2010 verificamos su excelencia. Sin embargo deshicimos el compromiso firmado con Chirac para el “Raphal”, el mejor avión de combate del mundo, comprando los F16 a EE.UU., que sin criticarlo técnico-tácticamente, concentró las compras aéreas en un solo país que, en vez de amigos nos considera menores de edad.

Confiando en Francia podríamos repetir contratos satelitales, explorar en carros de combate, sistematizar nuestra pedagogía militar en escuelas de formación francesas y diversificar la enseñanza norteamericana en valores y principios.

En Francia, hasta las agencias noticiosas miran el mundo de una manera distinta de la limitada información que recibimos los chilenos, que no sabemos nada de otros países de los que para Francia son parte de su agenda informativa diaria.

Francia más que cultura y educación es tranquilidad para hacer compromisos estratégicos sin genuflexiones ni sometimientos. Los valiosos acuerdos suscritos por nuestro gobierno, en materia de ciencias, energía, inteligencia artificial, debemos ampliarlos para diversificar nuestras fuentes en materias donde la independencia es muy determinante.

El discurso de Macron en el Congreso representa la tradición republicana democrática de Francia con Chile, que en dictadura incluyó a sectores de la derecha francesa exigiendo democracia y no solo solidaridad. Desde izquierdas y derechas, los franceses por la democracia, construyeron políticamente amistades personales e intelectuales de amplio espectro político que perduran. Desde ahí hay capital humano para fortalecer ese comportamiento.

Esta consolidación histórica nos abre la tranquila posibilidad que, un ministro de la preparación y experiencia del canciller Van Klaveren, aproveche una oportunidad que hay que desarrollar ahora.

El anterior Presidente francés que visitó Chile, Charles De Gaulle, se levantó de su silla para cantar en Santiago el Himno de los Partisanos de la Resistencia francesa, sumándose al coro del Colegio de la “Alianza francesa” en Vitacura para recordar la unidad política en la guerra. Sesenta años después, Macron remeció al Congreso de Chile con su estatura intelectual más allá de los conflictos sociales y políticos que vive en su gobierno y sobre las opiniones políticas que tenemos en Chile.