Columna de Paula Walker: Bad boys o chicos malos
Bad Boys es un programa digital, de streaming, que se difunde los jueves y en su página de Facebook se describe como “el más exitoso de Chile”. Aquí el candidato presidencial Franco Parisi comenta de política, de economía, de las ideas que quiere para el país. Lo hace solo con hombres. Es él y tres más que se llaman Bad Boys o “los chicos malos”.
¿Por qué razón habrán elegido ese nombre? Puede ser una manera divertida y juguetona de generar identidad con el género masculino. O en realidad, es el espíritu identitario entre ellos para enfrentar su vida masculina. Es la frase que los describe, porque se identifican con todos esos hombres que están cansados del poder de las mujeres, de sus “ex”, de esas que les cobran pensión de alimentos por los hijos e hijas de una relación pasada.
¿Son los Bad Boys los coloquialmente, y en buen chileno, llamados “papitos corazón”? Los que están cansados de tener que mantener a la familia anterior, porque ahora tienen muchos gastos con la familia actual. Además, los hijos del pasado se quedan con la “ex” y le toca (¡por fin!) enfrentar gastos, educación, dar el cariño, la preocupación, hacer las tareas, consolarlos, cuidarlos, estar de día y de noche. Etc.
Los Bad Boys de Parisi sí pagan la pensión, pero no toda. Cumplen con sus hijos, pero les llaman menores. Los ayudan, pero no todo el rato porque están ocupados. Son los que creen que el feminismo está lleno de “feminazis”, esas mujeres locas que quieren tener los mismos derechos que sus pares varones. Puede incluso pasar que los Bad Boys en realidad quieran más a sus autos que a sus hijos. O prefieran el sábado estar en el asado con los amigos que en la plaza andando en bicicleta. Ellos siempre tienen la respuesta a todos los problemas por difíciles que parezcan, total, el resto no entiende lo fácil que es tener respuesta. Incluso, si hay un taco en la carretera, los Bad Boys se pasan por la berma, total, lo que importa es llegar, no cómo llegar.
Estos chicos malos han sido el pilar fundamental de la pasada campaña de Parisi. Como dice su candidato, representan a esa tan descuidada clase media emergente que cree en su esfuerzo, no le gusta la política ni el Estado porque son “todos unos ladrones”, se rascan con sus propias uñas y son bien amigos de sus amigos. Eso sí, no les alcanza la solidaridad y la responsabilidad para pagar las pensiones de alimentos de sus hijos e hijas.
Por estos días Franco Parisi estuvo en Chile. Dijo que a ordenar el Partido de la Gente para enfrentar el proceso constituyente y tener buenos candidatos. De pasada, selló un acuerdo con la familia del pasado: sus abogados lograron pagos parciales para regularizar la entrada y salida al país sin problemas. Parisi dijo que no tenía deuda, se lo preguntaron varias veces en las entrevistas que dio: era una “desavenencia” entre su ex y él: “ella decía A y yo B”. Ahora tienen un acuerdo que incluye no hablar más del tema… “Y punto”. El candidato ya puede hacer campaña y ofrecer una alternativa a partir de la democracia digital, que en su concepción es debatir sobre el futuro en redes sociales, con un like, un emoticon y nada con mucha profundidad.
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