Columna de Paula Walker: ¿Qué cambió con la elección de ayer?
Chile amanece distinto este 17 de mayo de 2021. Había que elegir autoridades para los territorios (alcaldes y alcaldesas, concejales, gobernadores y gobernadoras regionales) y adicionalmente representantes para la Convención Constitucional, la más relevante de las elecciones en términos del país que queremos habitar.
En el territorio hubo sorpresas importantes, las que se irán consolidando durante las próximas horas. Alcaldes como Daniel Jadue, Claudio Castro, Claudia Pizarro o Jorge Sharp reafirmaron sus liderazgos por la cercanía, preocupación e innovación en las acciones que llevan adelante en sus territorios. En comunas emblemáticas para la derecha, como Maipú, la alcaldesa Barriga -amante de la farándula y el show- fue derrotada por un hombre joven y de un partido nuevo, como Tomás Vodanovic, del Frente Amplio. Y en Santiago, el PC se imponía al alcalde de derecha Felipe Alessandri, de la mano de la economista Iraci Hassler, mujer joven, nueva en el espacio político, respaldada por un partido que ha sido capaz de acercarse a las personas con soluciones populares para enfrentar problemas y carencias.
En las regiones, lo más importante es que los habitantes pudieron elegir a sus autoridades y no tener que trabajar con personas nombradas a dedo por él o la presidenta de turno. En la Región Metropolitana habrá segunda vuelta y Karina Oliva, candidata joven, valiente y de un partido nuevo, podría organizar en torno a su liderazgo una fuerza de cambio desde las bases sociales. En la Región de Valparaíso ganó quien defendió la necesidad de que el agua sea un bien público y dejemos de vender, transar, robar o especular con el agua. En Aysén y Punta Arenas, ya hay una gobernadora y gobernador regional, una socióloga y un médico, de partidos de centroizquierda.
A pesar de encuestas y predicciones de todo tipo que hicieron centros de estudios, expertos y medios tradicionales, nadie pudo predecir que las y los independientes iban a contar con el apoyo masivo para la Convención Constitucional. Hasta ahora, las personas independientes están a punto de tener el primer tercio claro, mientras la derecha no logra un tercio y los partidos tradicionales de centroizquierda se verán empujados a ser más creativos y menos conservadores si quieren entrar en los dos tercios.
En la elección de la Convención Constitucional, tras 30 años donde hubo siete gobiernos, entre ellos tres del PS, dos de la DC y dos de la derecha, las personas dijeron que no quieren más de lo mismo y quieren ser representadas por personas distintas, independientes y nuevas. Ya les dieron oportunidad, y para los próximos años quieren otra cosa, con otras personas.
Hay un punto menos esperanzador en todo esto, que es la participación de las personas. Se perdieron al menos un millón de votos entre el plebiscito de 2020 y esta elección. Puede haber muchas explicaciones, pero lo que importa es que no se sintieron convocados. Así y todo, esas personas verán sus intereses y sus esperanzas defendidas por una masa de independientes y de pueblos originarios donde podrán situar las expectativas de cambio.
¿Qué pasará con las elecciones presidenciales tras estos resultados? Al menos los partidos políticos debieran abrirse a comprender que la composición de la convención constituyente es una señal poderosa. Hay que cultivar acercamientos, entendimientos, abrirse a nuevos liderazgos, dejar de proponer a las mismas personas que llevan años tratando de ser presidentes. Este no es momento de apresurar las decisiones, tal vez es momento de aplazar esas decisiones hasta encontrar acuerdos que reflejen la voluntad popular. ¿Es obligación participar de las primarias de julio? ¿Hay que apresurarse ahora, en vez de pensar en unas primarias convencionales ciudadanas, abiertas, integrando nuevos rostros, pero más adelante?
Es tiempo de observar, comprender y tomar decisiones mirando a las personas y sus anhelos, antes que correr por calendarios electorales.