Columna de Ricardo Abuauad: Día Mundial de las Ciudades 2024
Mientras los niños se vestían de monstruos para recibir dulces en Halloween, el jueves recién pasado se celebró el Día Mundial de las Ciudades. Y es que desde 2013, año en que las Naciones Unidas aprobó la creación de este día de reflexión y conmemoración, cada 31 de octubre es ocasión de una serie de iniciativas como cierre del “Octubre Urbano”, para debatir el progreso (o retroceso, en algunos casos) en el objetivo de generar ciudades más justas, sustentables, inclusivas y prósperas para todos.
Este año el tema fue “Mejor ciudad, mejor vida: los jóvenes lideran la acción climática y local para ciudades”. Como se indica en la convocatoria, al 2030 el 60% de la población mundial vivirá en ciudades, pero además el 60% de ellos tendrá menos de 18 años. Para 2050 ese porcentaje será de 70%. Si no comprometemos a esos jóvenes, ningún objetivo real es alcanzable. “A pesar de los avances en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las ciudades, especialmente en el Sur Global, siguen luchando contra la pobreza, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, lo que requiere actuar con urgencia”, se lee en la declaración de la ONU a propósito de este día.
¿Y en Chile, cómo vamos en este asunto? Nuestros jóvenes viven hoy expuestos a violencia, al crimen organizado, a la droga, al desempleo y falta de oportunidades: aunque lo mismo pasa en varios lugares del mundo, en el país esta situación se agrava. Los homicidios de niños y adolescentes subieron un 20% entre 2022 y 2023. Chile está en el top 10 de la OCDE de jóvenes NINI (que no estudian ni trabajan), un 12,8% de los que tienen entre 15 y 29 años. La Defensoría de la Niñez, en un diagnóstico de este año, determina que el 53% de los adolescentes de la zona norte de Santiago vive con problemas de salud mental (35% de depresión, 26% de ansiedad, 28% de adiciones).
Y las ciudades en las que viven, con frecuencia hacen poco por nivelar la cancha para ofrecerles alternativas. Barrios sin espacio público ni áreas verdes, con escaso equipamiento, sin recursos ni actividades para alejarlos del peligro. El cambio climático los expone a una calidad de vida deteriorada, especialmente en sectores vulnerables: entre 1961 y 2019, la temperatura media en Chile aumentó 0,13Cº por década. Atravesamos una megasequía de 14 años, y las olas de calor, cada vez más frecuentes, afectan más a los barrios sin árboles ni sombra, donde muchos de estos jóvenes habitan. Las escuelas donde estudian suelen estar menos preparadas para paliar las temperaturas extremas, y sus viviendas, insuficientes y poco preparadas para estos desafíos, ofrecen poco refugio. Son los barrios en los que estos jóvenes viven los que más sufren con incendios e inundaciones. Necesitamos comprometer a los jóvenes, porque su vida y su futuro depende de ello.
En resumen, esta convocatoria a reflexionar del Día Mundial de las Ciudades apunta al centro de un problema mayor que nos afecta. Jóvenes, ciudades y cambio climático: un trío clave.
Por Ricardo Abuauad, decano Campus Creativo UNAB y profesor UC
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