Columna de Ricardo Abuauad: La otra crisis de vivienda
¿Crisis de vivienda? No hay duda: déficit en el número de unidades, dificultades en el acceso al suelo, en la obtención de crédito, el momento complejo de la construcción, y varios otros problemas. Pero la magnitud de la situación es tal que nos está cegando a otra realidad, igual de grave: no se trata solamente de cuántas unidades nos faltan, sino también de cuáles. Y es ahí donde entra la idea del “Missing middle housing”.
Haga un ejercicio: recorra los barrios más agradables de su ciudad, los más peatonales, los mejor equipados con comercio de barrio y servicios, los más seguros. Notará que una buena parte de ellos se construyó hace varias décadas, y comparten una escala y una altura intermedia, que combina vivienda, trabajo, comercio. Sus viviendas comparten espacios comunitarios, se agrupan en combinaciones en torno a esos patios o jardines colectivos. Si usted tiene más de cuarenta años, es muy posible que haya vivido en lugares así: townhouses o rowhouses (aunque no tuvieran entonces ese nombre aquí), edificios de tres o cuatro pisos, triplex, casas de alto, comunidades en torno a un jardín, con comercio en la esquina y oficinas cerca.
Pero nuestras ciudades (y no solo las nuestras, pasa en muchos lugares) han simplificado groseramente la oferta posible de vivienda, limitándola a la casa aislada en un predio (como la que cubre casi toda nuestra periferia), o bien edificios o torres de escala y altura mucho mayor en los centros urbanos. Como si no hubiera más opción que una casa baja en un terreno propio, o bien un departamento en altura. Las consecuencias son obvias: densidades urbanas que no se prestan para el intercambio, para el encuentro; desaparición de los espacios colectivos; ciudades hechas para el automóvil. En la actualidad se está intentando resolver la crisis de vivienda, salvo escasísimos ejemplos, en alguno de esos dos extremos.
El “Missing middle housing” (el término es de Daniel Parolek, pero hoy hay muchas fuentes disponibles) apunta justamente a generar viviendas y barrios de escala intermedia, colectiva, con mezcla de usos. Esa escala y densidad mayor a la de las unidades aisladas pero menores que las torres o los blocks. Esas escalas que nuestras ciudades tuvieron, pero que perdieron. Esas alturas y tipos cuidadosos en el uso del suelo, sin desperdiciarlo, que pueden, por su eficiencia, estar mejor ubicados en barrios más centrales y bien equipados, en entornos más amables y menos dependientes del auto, más aptos para grupos familiares menores o personas que viven solas.
El “Missing middle housing” es un movimiento mundial, pero aún no tiene casi impacto en Chile, no en la política habitacional al menos. Estamos a tiempo de pensar en esto, porque la urgencia de la crisis de vivienda nos está llevando a soluciones que, en el mejor de los casos, van a poner un techo sobre las cabezas de los que hoy no lo tienen (incluso esto está por verse); pero a la larga reproducen un tipo de ciudad inhóspito, desigual y poco sustentable.
La otra crisis de vivienda
Por Ricardo Abuauad, decano Campus Creativo UNAB y profesor UC
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