Columna de Ricardo Abuauad: Minvu, Minv, Min...

El ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes.
Foto: Víctor Huenante / Agencia Uno.


Las ciudades atraviesan crisis, siempre lo han hecho. Se queman, se inundan, son bombardeadas. La historia de la ciudad casi podría resumirse en una serie de crisis y las formas en las que ellas se superan. Es cierto que la magnitud de los desafíos que afectan a nuestras urbes hoy es mayor que la habitual (“tormenta perfecta”, en palabras del gobernador Orrego): cambio climático, violencia, campamentos, espacio público, centros históricos, gobernabilidad. Pero eso no es nuevo, las ciudades han superado asuntos incluso más graves. La pregunta de fondo es si nuestra capacidad de respuesta (las instituciones, las herramientas) es la adecuada, y es ahí donde hay que mirar lo que pasa en el Minvu.

Hace justo un año, en una columna similar a esta (“Un presupuesto para la ciudad”), comentamos con alarma la formulación del presupuesto de este ministerio. Si bien era normal un énfasis en vivienda -la crisis lo ameritaba- la importante disminución de los recursos destinados a ciudad y desarrollo urbano permitían anticipar que, incluso si el número de hogares a construir se lograba, ellos se instalarían en barrios en los que escasearían los espacios públicos, las áreas verdes, los equipamientos. Un poco después, en otro texto (“Una casa sin barrio”), comentamos, a partir del estudio de “Vivienda, planificación y bienestar territorial” de Corporación Ciudades, que más del 70% de las comunas con mayor proyección de construcción de viviendas no contaba con un plan regulador actualizado y tenían un índice de bienestar territorial medio bajo. En suma, nuestro Minvu estaba renunciando a la “U” de Urbanismo, para poner todas las fichas en la vivienda.

Sin embargo, el 2023 traería nuevos problemas: enormes cifras destinadas a mejorar la calidad de los hogares de los más vulnerables terminaban siendo destinadas a fundaciones llenas de irregularidades, con asignación directa sin el control necesario, sin las competencias, sin claridad alguna sobre la restitución de esos montos, y graves dobles militancias de sus funcionarios. Contraloría constata la inexistencia de un proceso formal para la selección de las entidades beneficiarias, y menciona actos de corrupción. Las noticias del Presupuesto 2024, con un aumento significativo de fondos, pero disminución de participación de privados, revela el sesgo de creer que el problema radica solo en estos últimos. El Minvu, que había comenzado por abandonar la “U”, en la práctica tampoco se mostraba capaz de asegurar con la probidad suficiente la solución de la “V” de vivienda.

El nombramiento de Paola Jirón, con amplios conocimientos, a la cabeza del nuevo CNDT es una buena noticia; y no cabe duda de la larga y destacada trayectoria del ministro Montes. Pero el ministerio que dirige tiene bajo su cargo la respuesta a problemas de la mayor importancia para la calidad de vida de los chilenos, y se requiere que esté en condicione de darla. Un Minvu fuerte, concentrado en actuar, no en controlar daños. Un Minvu, no un Minv, no un Min…

Por Ricardo Abuauad, decano del Campus Creativo UNAB y profesor UC