Columna de Ricardo Abuauad y Beatriz Mella: Mujer y ciudad
¿Por qué una preocupación especial sobre el espacio de la mujer en la ciudad? La respuesta puede parecer obvia, ya que se trata de más de la mitad de la población del país. Pero ¿por qué el asunto de género y no el etario (adultos mayores, niños)? ¿O el de personas con movilidad reducida? ¿O los discriminados por su origen o etnia?, ¿o, en suma, cualquier otro grupo vulnerable o insuficientemente considerado?
No exageramos al decir que la ciudad ha sido históricamente pensada por hombres y para hombres: la idea de zonificación, separando funciones en áreas diferentes, nace de un hombre que se movía en la escena pública (el trabajo), mientras que los espacios domésticos y de cuidado correspondían al rol de la mujer. Zonificar supone, en rigor, que quien sale a trabajar deja el hogar a cargo de alguien más (la mujer). De ahí el interés de la proximidad, que acerca esas funciones y disminuye la necesidad de viajar.
Pero no es solo la forma de la ciudad la que ha dejado a la mujer afuera: las disciplinas asociadas a su desarrollo han sido principalmente masculinas. El rol del arquitecto, planificador, ingeniero, poco espacio ha dejado a las urbanistas y arquitectas brillantes con sus conocimientos y experiencias. En Chile hay solo una mujer Premio Nacional de Arquitectura, y del total de colegiados solo el 27% es mujer. Abrir espacios para la mujer en la reflexión de la ciudad es relevante para cambiar los paradigmas socioculturales actuales y mejorar nuestras ciudades.
¿Y nuestro grave déficit de vivienda? Las mujeres no solo tienen un rol activo en el liderazgo comunitario y social como dirigentes; también tienden a liderar y gestionar muy bien las responsabilidades en torno a los procesos de asignación de subsidios. Eso, además, del hecho que en los últimos 25 años los hogares que declaran una jefa de hogar mujer se han duplicado.
¿Y la revitalización de barrios y economías locales? Datos de la ONU estiman que las mujeres podrían aumentar sus ingresos en un 76% si se superaran las inequidades en el acceso a oportunidades, y grandes brechas salariales y de participación en el mercado laboral. Está documentado que las mujeres son fundamentales en las comunidades, tanto por la riqueza de sus redes, como por su mayor participación e impacto.
¿Y qué ocurre, entonces, con los otros grupos postergados que mencionábamos al principio? Revisar los espacios abiertos a la mujer abre la posibilidad de incluir todas las necesidades de otros grupos vulnerables. Todavía las mujeres asumen, en mayor proporción que el hombre, labores de cuidado: según el Senadis, la asistencia para personas en situación de discapacidad recae en mujeres en el 94% de los casos.
Acabamos de vivir una nueva jornada del Día Internacional de la Mujer, en la que recordamos lo mucho que aún nos falta. Reivindicar el espacio de la mujer en la ciudad no solo incluye a la mujer, sino también a los diversos grupos vulnerables y postergados, en pos de una ciudad más accesible, segura, limpia, inclusiva, habitable y con mayores oportunidades para todos.
Por Ricardo Abuauad, decano Campus Creativo UNAB y profesor UC, y Beatriz Mella, directora CIUDHAD UNAB
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