El 1° de enero de 2025, Chile dio un paso histórico: nueve nuevos Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) asumieron la administración de más de 900 establecimientos, consolidando la segunda etapa de implementación de la Nueva Educación Pública. Este avance, el más significativo desde 2017, refleja el compromiso de transformar el sistema educativo público en un modelo de excelencia, más justo, cohesionado y capaz de responder a las demandas del siglo XXI.
Esta expansión no es solo un cambio administrativo; es un hito que evidencia el esfuerzo colectivo para garantizar una educación de calidad a más de 447 mil estudiantes. Con la incorporación de estos nuevos SLEP, alcanzamos 24 servicios operativos y reafirmamos el rumbo hacia la meta de 70 SLEP para 2030, como lo establece la Ley N.º 21.040.
El 2024 ha sido un año de avances significativos para el sistema educativo. Una evaluación independiente de la Universidad de Chile demostró el amplio consenso entre los actores respecto a continuar el traspaso a los SLEP. Además, la reducción de la desvinculación escolar, las inversiones en infraestructura educativa y la mejora en la gestión administrativa son logros que han fortalecido la educación pública. Por sobre todo, se debe remarcar que la Agencia de Calidad de la Educación destacó avances relevantes en aprendizajes, posicionando al sistema como una herramienta eficaz para reducir desigualdades y mejorar la calidad de la educación pública.
Superamos desafíos importantes, como la crisis en Atacama, que puso a prueba nuestra capacidad de respuesta y resiliencia. Este reto, lejos de detenernos, permitirá alcanzar acuerdos fundamentales y consolidar las bases del sistema educativo regional. La participación comunitaria se ha convertido en un motor de transformación, demostrando que una educación pública sólida se construye con todos los actores involucrados.
El traspaso de competencias desde el modelo municipal a los SLEP no ha estado, ni estará, exento de desafíos. La magnitud de este proceso requiere ajustes constantes. Actualmente, un proyecto de ley en discusión busca fortalecer la Ley N.º 21.040, simplificando la administración y mejorando las capacidades locales.
El 2025 será un año decisivo para enfrentar desafíos ambiciosos que definirán el futuro del sistema educativo. Entre ellos destaca la implementación de estrategias que garantizan aprendizajes fundamentales: por ejemplo, que las y los estudiantes aprendan a leer en segundo básico, manejen un idioma extranjero al egresar de la enseñanza escolar y desarrollen competencias digitales para enfrentar los retos de la sociedad actual. Aunque estas metas requerirán varios años de trabajo, 2025 será crucial para sentar las bases de su ejecución.
También avanzaremos en el traspaso de otros 14 nuevos SLEP, fortaleceremos el financiamiento para municipios que enfrentan deudas educativas y prepararemos futuras transiciones. Este esfuerzo incluye una discusión amplia sobre el financiamiento de la educación pública, asegurando que el aporte estatal responda de manera coherente a las necesidades del sistema.
Estos retos exigen unidad y colaboración. Solo trabajando juntos, sin mezquindades ni divisiones políticas, podremos lograr un sistema educativo de excelencia. La Nueva Educación Pública es un modelo innovador para mejorar la calidad de los aprendizajes, poniendo a estudiantes, familias y profesionales de la educación en el centro de su acción para construir juntos un sistema educativo que sea motivo de orgullo y esperanza para el país.
Por Rodrigo Egaña Baraona, Director de Educación Pública
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