Columna de Rolf Lüders: Friedman en Chile

Friedman


Esta semana nos visitó Jennifer Burns, prestigiada historiadora de la Universidad de Stanford. Presentó en Chile su biografía de Milton Friedman, basada en fuentes originales. Trabajó en el libro 10 años y lo ha escrito destacando el rol de Friedman en la evolución de las ciencias económicas, sin dejar de lado su aporte a las políticas públicas. En efecto, en el siglo pasado -aquél en que los economistas en general jugaron un importante papel en esta última materia- solo John M. Keynes tuvo similar influencia.

Resulta de especial interés el capítulo 12 del libro de Burns, que se refiere a los ocho días de Friedman en Chile. Nuestro país fue el primero en adoptar las instituciones de libre mercado sugeridas por Friedman, que Burns califica como neoliberales. Luego lo hicieron Margaret Thatcher en Inglaterra, Ronald Reagan en los EE.UU., y un gran número de líderes de otros países. La primera de esas dos visitas de Friedman, aquella de 1975, le valió la ácida crítica de muchos de sus colegas por el apoyo implícito al régimen militar. Sin embargo, la existencia de tal sostén no puede estar más alejado de la realidad.

Invitado por la Fundación BHC, Friedman vino a socializar el origen de nuestra hiperinflación -déficits fiscales financiados con emisiones de dinero- y a sugerir maneras de combatirla. Lo hizo en el marco de una economía de libre mercado abierta al comercio internacional, que, para él y en ese entonces, era el pilar de una democracia representativa. Y así se lo hizo saber personalmente a Augusto Pinochet. Pero la Junta, semanas antes de esa visita, ya había optado -sin hacerlo público todavía- entregar la conducción económica a los así denominados Chicago Boys.

El hecho es que Friedman no tuvo influencia directa alguna en la preparación, ni en la implementación, del así denominado ladrillo, el plan que un grupo de los Chicago Boys prepararon para el gobierno que sucediera a aquél de Salvador Allende. No obstante, dicho plan se inspiró, en buena parte, en las propuestas generales de políticas públicas de Friedman.

En efecto, el ladrillo recoge tales proposiciones, pero en forma relativamente tímida en consideración a lo políticamente factible. Luego, en el proceso de implementación -iniciado bajo el régimen militar, pero continuado en democracia en los tiempos de la Concertación- se profundizaron significativamente las reformas, para llegar a institucionalizar una economía de libre mercado, totalmente abierta al comercio internacional. Se trata de aquella organización que le ha permitido al país crecer a altas tasas, disminuir la pobreza espectacularmente, e iniciar la reducción de su desigual distribución. ¿Un sueño hecho realidad, interrumpido desde la segunda década de este siglo por la incertidumbre institucional prevaleciente?

Por Rolf Lüders, economista