Columna de Rolf Lüders: Tarifas eléctricas
La situación económica de Chile no es buena, a pesar de términos de intercambio relativamente favorables. La principal razón de la baja tasa de crecimiento económico es el estancamiento de la inversión, muy afectada por la incertidumbre institucional existente en el país. Pero también contribuyen a la baja tasa de crecimiento económico las escasas ganancias de productividad. Estas últimas están relacionadas con políticas públicas erróneas, como lo fue el congelamiento de las tarifas eléctricas.
En este ambiente, la atención pública se ha centrado en el proyecto de sinceramiento de las mencionadas tarifas. Estas fueron congeladas en 2019, asumiéndose una deuda que hoy supera los US$6 mil millones. El sinceramiento -que es valioso- debiera haberse realizado mucho antes. El populismo reinante no lo permitió y -como consecuencia de un precio de la electricidad más bajo que el que debiera haber imperado- se mal asignaron entonces cuantiosos recursos. El efecto de esta errada política pública se tiene que haber traducido en una tasa más baja de crecimiento y se debe haber reflejado en una menor productividad.
Si bien cabe aplaudir tanto el paulatino sinceramiento de las tarifas eléctricas, como el pago a plazo de la deuda que se generó por las menores tarifas, este último se traducirá en nuevas mal asignaciones de recursos y menor crecimiento. Estas se podrán minimizar si no se discrimina arbitrariamente entre clientes. Pero la propuesta alza transitoria mayor que el promedio del costo de la electricidad para las grandes empresas intensas en el uso de energía, no cumple con ese requisito. Lo que sí hace es reflejar el sesgo anti gran empresa de nuestra sociedad, manifestando uno de los problemas de fondo que impiden nuestro crecimiento. Al respecto recomiendo leer Kaiser y Zitelmann (2023).
Se repite una y otra vez en los medios de comunicación que el alza de las tarifas eléctricas generará inflación. Ese es un error: lo que genera es un cambio de precios relativos, dado que sube el precio de la electricidad en relación a los demás precios de los bienes y servicios. La inflación es, por definición, un alza persistente en los precios y es siempre un fenómeno monetario. Para que el alza de las tarifas resulte en una mayor tasa de inflación, esa alza debe ser validada por la política monetaria.
El congelamiento de las tarifas eléctricas se tradujo en pan para hoy y hambre para mañana, porque distorsionó la asignación de recursos. El sinceramiento de esas tarifas era necesario y será doloroso. Lo será menos para el país, mientras menos se distorsionen las tarifas para saldar la deuda incurrida por la congelación de estas. Y en estricto rigor, el alza programada de las tarifas eléctricas no causará inflación, la que dependerá de la política monetaria.
Por Rolf Lüders, economista