Columna de Sascha Hannig: Los peligros de TikTok, un debate pendiente en América Latina

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India, Afganistán, Pakistán, Estados Unidos, Nueva Zelanda, o la Unión Europea. Pese a lo distinto de estos países, todos comparten una característica en común: ellos y decenas de otras naciones han limitado completa o parcialmente la presencia de TikTok en su territorio, y la mayoría en 2023. Las razones para esto van desde motivos religiosos hasta el uso de datos de menores de edad, pasando -por supuesto- por los cuestionamientos de censura de temas sensibles, de espionaje y de seguridad nacional. Por supuesto, existen detractores, quienes se preguntan si estas restricciones afectarán a la libertad de expresión de las personas, al libre flujo de información e incluso a la competencia en el mercado.

América Latina contiene a varios de los países con más usuarios (Perú, Brasil y México) y penetración de esta red social en el mundo. Al mismo tiempo, los latinoamericanos son los que más usan redes sociales para informarse de temas políticos y, como un caldo de cultivo perfecto, la red china tiene uno de los mayores tráficos de desinformación entre sus pares.

¿Es TikTok un riesgo? Pese a la popularidad de esta plataforma, no existe ningún gobierno regional discutiendo sobre la influencia de esta plataforma. En un Informe publicado junto a CADAL, se repasan cuáles son las razones y los antecedentes que han llevado a la creciente limitación de la plataforma en el mundo. Esto, separando los mitos de las leyes y casos de estudio reales.

Primero está la capacidad que el PCCh tiene de activar un sistema legal para utilizar TikTok como una herramienta de defensa. La Ley de Inteligencia Nacional de China afirma, en su artículo 7, que: “todas las organizaciones y ciudadanos apoyarán, ayudarán y cooperarán con los esfuerzos de la inteligencia nacional (…), y protegerán los secretos de trabajo de la inteligencia nacional (…)”. Debido a esto, China podría exigir técnicamente a las empresas con sede en China que faciliten información crítica para su seguridad. En su “Ley de Ciberseguridad” señala en su artículo 28 que se exige a los operadores de redes que proporcionen apoyo técnico a las instituciones de seguridad nacional cuando sea necesario. En el caso de China, esto no solo significa proteger las fronteras, sino también defender al Estado de voces disidentes a la línea oficial del partido.

En segundo lugar, se ha cuestionado si la empresa tiene control sobre el contenido promovido o limitado internamente en TikTok, pese a que en general las empresas insisten en que sus algoritmos son neutrales. En 2016, Facebook (ahora Meta) estuvo en la mira por cómo sus moderadores de contenidos reflejaban sus opiniones políticas en el tipo de contenido que censuraban. En el caso de TikTok, el poder de la RPC sobre el equivalente chino, Douyin, es un hecho probado. Desde el inicio del uso generalizado de Internet, China ha censurado fuertemente los contenidos, plataformas e ideas a los que los ciudadanos pueden acceder. TikTok limitó inicialmente los contenidos controvertidos, lo que provocó la censura de temas desfavorables para Pekín, como la relacionada con el Tíbet, el genocidio uigur o los posts relacionados con Xinjiang. La plataforma afirmó que su moderación de contenidos ha evolucionado, pero tanto TikTok como Douyin restringen los resultados de búsqueda “sensibles”, que puede incluir temas políticos.

Un tercer punto es la proporción de usuarios menores de edad en la plataforma. En 2023, el Reino Unido multó a TikTok con 15,9 millones de dólares por uso indebido de datos de menores. Esto no es sorpresa considerando el contenido que se comparte, y Colombia en un momento investigó el manejo de información de menores en la plataforma, pero que no acabó en ninguna acción concreta.

En resumen, pese a un par de excepciones, América Latina ha sido pasiva en esta discusión en pos de, según algunos, mantener la neutralidad o acusando que se trata de una discusión geopolítica similar a lo que ocurre con la guerra de los chips. No obstante y considerando lo importante que es la protección de datos y los recientes casos de ciberseguridad en la región, es necesario abrirse a una discusión integral sobre el balance entre la protección de datos y la capacidad de los países para mantener esa neutralidad, entendiendo los cambios geopolíticos a los que se enfrentan. Costa Rica ha hecho esto recientemente, limitando el tipo de empresas que pueden postular a su licitación al 5G a aquellos que hayan firmado el acuerdo de Budapest de ciberseguridad, proveyendo así a su población de mayores garantías en el manejo de la información. En el caso de TikTok, y aunque se trata de una plataforma altamente popular, el problema es que los individuos más vulnerables son la población más joven y aquellos sensibles a consumir las noticias falsas.

Aunque los países no hagan nada al respecto, el llamado es a evaluar si TikTok representa un problema de seguridad nacional. Luego, estudiar si los teléfonos móviles de los funcionarios públicos deberían poder instalar ésta y otras aplicaciones recreativas, siguiendo el ejemplo de países como Estados Unidos, Bélgica, Dinamarca o algunas instituciones de la Unión Europea. Luego, evaluar cómo se recomiendan los contenido y cómo se gestiona la privacidad de los menores de edad.

Por supuesto, estas medidas no solo deberían dirigirse a TikTok, sino establecer una norma que se aplique a todas las plataformas que no cumplan los requisitos de seguridad, privacidad, transparencia y otros requisitos básicos para las plataformas que utilizan y gestionan datos, especialmente las que se dirigen a un público joven.

Sascha Hannig es analista internacional especializada en Asia Pacífico y colaboradora de “Análisis Sínico” en www.cadal.org

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