Columna de Sebastián Izquierdo: Megaincendio, errores mortales

Muertos


Viña del Mar, semanas después: ¿Realmente bajo control? Tras el devastador megaincendio que azotó la Región de Valparaíso el viernes 2 de febrero, la tragedia persiste con un saldo desgarrador: 132 vidas perdidas, la mayoría de ellas pertenecientes a la tercera edad, 8.651 hectáreas de tierra arrasadas y miles de familias sin hogar. ¿Cómo es posible que los planes de emergencia hayan fracasado de manera tan catastrófica, dejando este nivel de muertes y daños? Las respuestas a esta pregunta revela una alarmante cadena de errores que claman por ser esclarecidos, y por la justicia, que tanto se necesita en estos duros momentos.

El infierno desatado en Viña del Mar, donde las llamas devoraron casas en cuestión de minutos, sumió a la ciudad en el caos. La propagación del incendio mediante pavesas y cenizas incandescentes agravó la situación en un entorno ya caótico: calles irregulares, servicios básicos colapsados, viviendas vulnerables y con cortafuegos a medio construir. En este panorama apocalíptico, surge la “sospecha” de intencionalidad detrás de la chispa inicial, una sospecha que persiste a dos semanas del desastre, pues aún no se han identificado a los criminales.

Además, revelaciones inquietantes señalan graves deficiencias en los planes de emergencia y evacuación, donde las denuncias van aún más allá al sugerir que en realidad no existe estos planes vigentes en un municipio que se sabe vulnerable. Sea como fuere, los hechos han dejado en claro que la población se encuentra indefensa y con un Estado ausente frente a este tipo de catástrofe.

Lo que sí está más que claro es la deficiente coordinación entre las instituciones responsables, Conaf y Senapred, y la angustiante e improvisada gestión comunicacional sobre las supuestas 372 personas desaparecidas por parte de la alcaldesa de Viña, evidenciando una seria de negligencias fatales. Con las antenas telefónicas fuera de servicio, la alerta de evacuación llegó tarde, casi 6 horas después de que el incendio comienza, dejando a residentes atrapados en un laberinto de fuego. La falta de información y la orden tardía convirtieron la huida en una lucha desesperada por la vida, como lo evidencia la tragedia de las 60 almas perdidas en la parte alta de Viña, en la Villa Independencia. Los bomberos no recibieron información de Senapred y Conaf hasta el sábado por la noche. Errores mortales, por decirlo eufemísticamente.

Esta catástrofe no puede quedar relegada a un mero capítulo. Es un llamado a la acción mancomunada, como se ha evidenciado en la presentación de un sólido plan de reconstrucción por parte de la oposición, liderado por el fallecido mandatario Sebastián Piñera. Este es el verdadero espíritu de reconstrucción. No podemos permitir que la pugna electoral eclipse la urgencia de la situación, como lo demostró la remoción de la ministra de “enlace” para coordinar con el nivel central, Maya Fernández, para darle lugar a la ministra de la Segegob, Camila Vallejos, con escasas atribuciones pero con alta ambición política. Si no actuamos ahora, otras ciudades correrán el mismo riesgo. No podemos permitirnos bajar la guardia, se trata de vidas humanas.

Sebastián Izquierdo R., coordinador académico CEP.

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