Columna de Soledad Alvear: El valor de los acuerdos

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Con el veredicto categórico de la ciudadanía el domingo 17 de diciembre pasado, concluyó en nuestro país el ciclo constitucional en procura de una Constitución nacida en democracia que nos representara a todas y todos. Tanto la Convención Constitucional, el año pasado, como el Consejo Constitucional, este año, fallaron en el objetivo de ofrecer una Constitución de consenso, ofreciendo al veredicto ciudadano textos que satisfacían solo a los sectores mas hegemónicos en esos órganos y no al conjunto del país. La ciudadanía les dijo las dos veces que no.

Con ello, resulta meridianamente claro que el mensaje del pueblo de Chile es que se busquen los acuerdos y consensos más amplios entre todos los sectores para abordar los temas del desarrollo político, social y económico de nuestro país.

Hay muchos temas en que resulta necesario avanzar en beneficio de nuestra población, partiendo por la seguridad pública para vivir en un entorno libre de temor; en la salud pública, para darle atención oportuna y de calidad a quienes la requieren, reduciendo las listas de espera en los hospitales y resolviendo la crisis a la que se está viendo enfrentado el sistema privado de salud; en las pensiones, para asegurar una vejez digna, generando las condiciones para elevar su monto; en la educación, para darle reales oportunidades de desarrollo personal, intelectual, social y espiritual a los niños y jóvenes en nuestro país, y en la economía, promoviendo el crecimiento económico sustentable, respetando el medio ambiente y disminuyendo la cesantía.

Para todo ello, necesitamos construir los acuerdos más amplios y transversales. Para cumplir esta tarea se requiere en primer lugar desarrollar el valor de la humildad. Ni el gobierno puede pretender imponer su agenda a la oposición, ni ésta puede “negarle la sal y el agua” al gobierno. En segundo lugar, se necesita avanzar en la construcción de confianzas. Para ello resulta indispensable ponerse en el lugar del otro y reemplazar el antagonismo por un espíritu de cooperación mutua. Por último, se requiere el desarrollo de una mirada a largo plazo en beneficio del país. Los años venideros entraremos en un ciclo electoral con elecciones municipales, regionales, parlamentarias y presidenciales. Para la construcción de los acuerdos debemos levantar la mirada, no concentrándonos en cómo obtener pequeñas ventajas para favorecer nuestras posiciones y perjudicar a nuestros adversarios y así derrotarlos en las próximas justas electorales, sino en cómo podemos trabajar juntos en beneficio de nuestro país.

Esperamos que el espíritu navideño de estos últimos días del año sea capaz de inundarnos para remover los antagonismos que nos dividen y poner nuestra mirada en nuestro pueblo, principalmente en quienes más sufren, para construir los acuerdos que Chile necesita.

Por Soledad Alvear, abogada