Columna de Soledad Alvear: Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle
El pasado 11 de marzo se cumplieron 30 años desde que asumiera como Presidente de la República Eduardo Frei Ruiz-Tagle, con la votación más alta alcanzada en primera vuelta en muchas décadas de nuestra historia (57,98%). Su gobierno se caracterizó por consolidar la transición a la democracia y por ser una administración muy realizadora, especialmente en lo referido al proceso de modernización que experimentó nuestro país.
Así, por ejemplo, en el periodo 1994-1997 se registró un gran crecimiento económico (7,8% promedio), lo que se debilitó solo en los años 1998 y 1999 debido a los efectos de la crisis asiática. A su vez, su gobierno dio impulso a las obras de infraestructura a través de un modelo de concesiones que permitió un gran salto adelante en el desarrollo del país.
En materia educacional cabe destacar la jornada escolar completa y la construcción de numerosos nuevos establecimientos educacionales.
En el ámbito internacional, nuestro país, en un enfoque de regionalismo abierto, negoció varios acuerdos de complementación económica con otros países y también con el Mercosur, ingresó a la APEC y suscribió los primeros acuerdos de libre comercio con Canadá y México.
Fui su ministra de Justicia durante prácticamente todo su gobierno (hasta diciembre de 1999), periodo en el cual llevamos a cabo la reforma a la justicia más importante que se ha efectuado en Chile en los últimos siglos, la del sistema de enjuiciamiento criminal. Pasamos de un sistema inquisitivo (que venía de la Inquisición), a uno acusatorio caracterizado por la creación del Ministerio Publico, la Defensoría Penal Pública, los jueces de garantía y el juicio oral, dotándonos de un proceso penal oral y público. Ello nos permite contar hoy con un sistema de persecución penal mucho más eficiente que el anterior y con plena vigencia del principio del debido proceso. Además, modificamos las normas de la Corte Suprema, ampliando su integración de 17 a 21 jueces, abriendo la posibilidad de incluir a magistrados externos al Poder Judicial y haciendo efectiva la norma que obliga el retiro de los magistrados al cumplir 75 años, lo que le otorgó dinamismo al escalafón judicial.
Todos estos cambios requirieron un estudio muy acabado, contar con los recursos presupuestarios y una gradualidad en su implementación.
También en esa época nos correspondió asegurar que los condenados por el atentado de Orlando Letelier cumplieran la condena impuesta por la Corte Suprema en un recinto penitenciario y todo ello mientras Pinochet aún era comandante en jefe del Ejército.
El Presidente Frei fue un hombre de Estado. Pudo vislumbrar la necesidad de hacer esta reforma, después del desprestigio de la justicia en la dictadura. Exigió la participación de todas las fuerzas políticas y las normas fueron aprobadas en el Congreso, en un diálogo permanente.
En todos estos casos recibí siempre el respaldo el Presidente Frei Ruiz-Tagle y su compromiso personal con las importantes reformas que llevamos a cabo en beneficio del país.
Por Soledad Alvear, abogada
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