Columna de Sylvia Eyzaguirre: Tu perro y gato en tu casa
¡Hace mucho calor en Santiago! Esta última semana el calor ha sido insoportable, especialmente durante la noche. La evidencia científica sobre el calentamiento global es robusta y nuestra propia experiencia parece confirmarlo. En estos momentos donde uno no sabe qué hacer para escapar del calor la naturaleza nos ofrece un refugio. Las personas viajan a la costa en busca de temperaturas más moderadas o buscan ríos o lagos para refrescarse, incluso la altura de la montaña. Y, por supuesto, van con sus mascotas.
Es frecuente encontrarse en el cerro Manquehue o en el Provincia con personas disfrutando de la naturaleza junto a sus perros, que la gran mayoría los lleva, por supuesto, sin correa para que ellos también puedan disfrutar libremente. Lo mismo se observa en la playa e incluso en áreas protegidas. Los amantes de la naturaleza salen a caminar por las playas y rocas con sus perros sin ninguna consciencia del eventual daño que pueden provocar. Al parecer nadie les ha dicho que una de las principales amenazas de nuestra fauna nativa son precisamente los perros y gatos, fauna que se encuentra en estado crítico, con alto riesgo de desaparecer. El 62% de nuestras especies clasificadas se encuentran amenazadas, los grupos de mayor riesgo son los anfibios, reptiles y mamíferos. Estas adorables mascotas son verdaderos depredadores, en estricto rigor son especies exóticas invasoras y existe nula consciencia en nuestra sociedad sobre ello.
Según el académico de la Universidad Austral de Chile Eduardo Silva, los perros son el tercer depredador con más impacto sobre la biodiversidad. Estos atacan especialmente a mamíferos de tamaño mediano, como los pudúes, huemules, zorros, pumas, guanacos, fardelas, huanay, vicuñas, entre otros. Los gatos, por su parte, son depredadores de aves, reptiles y pequeños mamíferos. Cerca del 75% de los ataques a la fauna corresponde a los perros y el 25% a los gatos. La Conaf, por su parte, estima que para el 86% de las áreas silvestres protegidas los perros son una fuerte amenaza para la conservación del lugar. Las mascotas no solo atacan la fauna silvestre, sino también con su presencia alteran los ciclos naturales de las especies y son importantes transmisores de virus y parásitos. Y, como muchos estarán pensando, el problema no son exclusivamente los perros o gatos asilvestrados o vagabundos, sino también las mascotas con dueños.
Esta triste realidad es ignorada por parte importante de la población. Incluso más, los mal llamados animalistas, que en el fondo son mascotistas y, por ende, humanistas, con su férrea defensa a las mascotas han dejado absolutamente desprotegida a nuestra amenazada fauna silvestre. No sacamos mucho creando más áreas protegidas si nosotros mismos vamos con nuestras mascotas a dichos lugares y depredamos la fauna que ahí habita. Necesitamos crear rápidamente consciencia social sobre este problema. Sin dicha consciencia los dueños de mascotas no actuarán en consecuencia por más sanciones que establezca la ley. Junto con ello, se debe ser estrictos en la prohibición de mascotas en áreas protegidas, aumentando la fiscalización y las sanciones. Finalmente, necesitamos una política para los perros y gatos vagos acorde con la amenaza que representan para la fauna silvestre. Hoy miramos al techo frente al desastre natural que están causando las jaurías de perros asilvestrados y vagos. Si de verdad nos importa nuestra naturaleza, entonces llegó la hora de ponerle el cascabel al gato y al perro.
Por Sylvia Eyzaguirre, investigadora del CEP
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