Columna de Teodoro Ribera: Recursos hídricos compartidos con Perú
Como resultado de los reclamos de la comunidad ariqueña y el pueblo Aymara en 2019, nuestra Cancillería impulsó una agenda hídrica con Perú, explicada por la extracción de recursos hídricos de ese país, que, al ser compartidos, Chile entiende también propios.
La iniciativa de tematizar este asunto ocurrió luego de reiteradas quejas de nuestras comunidades aymaras del altiplano, las que, ante el desecamiento de sus propias fuentes de agua en la comuna de General Lagos, reclamaron por años sin que el Estado reaccionara. El resultado está a la vista, pues esa zona no sólo adolece de los peores indicadores de pobreza del país, sino que en menos de 20 años se convirtió en la con mayor migración forzada. Es tal vez de las primeras migraciones ambientales forzadas que anota la historia de Chile.
No fue un proceso fácil, pues también la comunidad ariqueña denunció la extracción por parte de Perú de aguas subterráneas de un acuífero compartido (Concordia), restringiendo las capacidades agropecuarias erigidas al norte de Arica (Pampa Concordia). Un asunto que incluso despertó el interés del senador José Durana, quien no sólo denunció este asunto, sino que durante años lo ha impulsado con vehemencia e incluso con críticas ante la evidente indiferencia de nuestra política hacia Perú.
Fue recién en 2019 y luego de un trabajo de intenso diálogo con ese país, que Chile logró plasmar en la agenda bilateral la cuestión de los recursos hídricos compartidos con Perú, bajo el ánimo de convertir este asunto en una oportunidad de cooperación política y, en el caso de nuestro país, de poder recoger la añosa experiencia que Perú tiene en esta temática, básicamente en su relación hídrica con Bolivia.
Sin embargo, han transcurrido ya casi cuatro años desde que Chile y Perú decidieron incorporar a la agenda bilateral el manejo de sus recursos hídricos compartidos y no se vislumbran avances concretos y materiales, sino más bien un cuadro de estancamiento, desinterés e insensibilidad social de nuestra política exterior por asumir la defensa de nuestras comunidades fronterizas de Arica y Parinacota.
Chile es un país que por su geografía comparte un alto porcentaje de sus recursos hídricos continentales, primeramente, con Argentina, pero también en el norte con nuestros otros dos vecinos. Con el primero existe un marco jurídico regulatorio, no así con Bolivia y Perú. En el caso del segundo, conviene agregar que los acuíferos altiplánicos y el río Uchusuma -ambos compartidos entre Chile y Perú- son un fundamento de vida para el desarrollo y sobrevivencia de nuestro pueblo Aymara.
Es fundamental que la Cancillería otorgue la debida prioridad a este tema y apure los diálogos bilaterales, antes que se transforme en un factor de conflicto por la escasez creciente del agua, pues de esta manera es posible implementar soluciones técnicas, sustentables y convenientes
Por Teodoro Ribera, rector Universidad Autónoma de Chile y ex ministro de Relaciones Exteriores
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