Columna de Tobias Wenzel: Más ciencia abierta para Chile
Chile está avanzando en sus políticas de ciencia abierta. Recientemente, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) creó una norma de acceso abierto que obliga a divulgar públicamente los resultados de las investigaciones. Este tipo de transparencia podría parecer una parte obvia del método científico para distinguir entre la generación sistemática de conocimiento y el simple intercambio de opiniones, pero en la práctica académica existen muchas barreras que limitan la producción y divulgación de conocimiento.
Países e instituciones de todo el mundo, especialmente en Europa y EE.UU., han implementado fondos y normas para ayudar que la ciencia sea más abierta y eficaz en un ambiente que no está controlado principalmente por el impulso del conocimiento y el desarrollo, sino por poderosos intereses comerciales y políticos. Para Chile, sumarse a esta tendencia ofrece muchas oportunidades.
La ciencia abierta tiene muchos beneficios, entre ellos, un acceso más fácil de empresas, investigadores e individuos al conocimiento global, y un mayor impacto de la investigación chilena, ya que más personas e instituciones alrededor del mundo pueden acceder al conocimiento producido en el país. También ayuda a mantener estándares de ética y calidad y evitar casos de mala conducta científica donde los datos no se generan, analizan o comunican adecuadamente, como se vio en un controvertido caso de fraude científico en Chile el año 2021.
Pero la ciencia abierta es más que el acceso abierto a datos y publicaciones científicas. Se extiende a la prepublicación de hipótesis antes de los experimentos, el código de software necesario para reproducir el análisis de datos y, no menos importante, los planes de diseño de instrumentación científica abierta como tecnología libre. Algunas instituciones de investigación líderes a nivel mundial, como el Consejo Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) y el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), ya incluyen estas distintas dimensiones de la ciencia abierta en sus políticas, y existen buenas prácticas para guiar a investigadores a participar en flujos de trabajo abiertos para la producción y uso de la tecnología.
¿Cómo ayuda a Chile la tecnología libre? Reduciendo la barrera de entrada a la adaptación y el desarrollo de tecnología en términos de conocimientos técnicos, costos y logística. Los investigadores y la industria en el país se enfrentan al problema de que la mayor parte de la tecnología tiene que ser importada, lo que la hace cara, lenta y difícil de mantener localmente. Avanzar en la investigación y en la cadena de creación de valor es un reto clave para Chile si queremos diversificar nuestra dependencia de las materias primas mineras y agrícolas. Sin embargo, hoy existen importantes obstáculos para obtener o producir la tecnología necesaria. Con ciencia abierta y tecnología libre, resulta mucho más fácil diseñar prototipos localmente, utilizando la impresión 3D y otras herramientas disponibles. Mientras se comparten en línea planes de diseño técnico cada vez más avanzados, es posible adaptar la tecnología a las necesidades locales y desarrollarla de manera funcional a la estructura del mercado chileno.
Avanzar en más y mejor ciencia abierta permitirá no solo fortalecer la investigación y la tecnología, sino también contribuir al desarrollo del país.
Por Tobias Wenzel, PhD., Instituto de Ingeniería Biológica y Medica, Pontificia Universidad Católica de Chile