Columna de Tomás Rau: “¿Estancamiento o recesión? La misma canción”
"Ahora, ¿es realmente relevante discutir si la economía está en recesión o estancada cuando vemos el profundo deterioro de las variables económicas que más afectan la vida de las personas?, ¿Cómo le decimos a la gente que no está peor si el desempleo sube como rocket, las remuneraciones caen como granizos, los avisos laborales escasean como la cordura y la delincuencia sube como la espuma?"
Las cifras de IMACEC para el mes de marzo no dejaron a nadie indiferente. El fuerte descenso interanual de 2,1% abrió un interesante debate entre expertos, incluyendo al ministro Marcel, respecto del estado de la economía local. De acuerdo a una de las definiciones de recesión “técnica”, la economía chilena estaría más bien estancada porque las series desestacionalizadas muestran un aumento de la actividad en el trimestre enero-marzo 2023, a pesar del abrumador descenso de ésta cuando se mide de manera interanual.
Sin embargo, esa clasificación ideada por Julius Shiskin, quien en 1974 publicó en el New York Times su definición de recesión como “una disminución en el Producto Interno Bruto (PIB) real ajustado estacionalmente y según el calendario en al menos dos trimestres consecutivos”, no es la única, si bien ha sido adoptada por varios países. En Estados Unidos, quien define si la economía está en recesión es el National Bureau of Economic Research (NBER) y no hace una referencia taxativa sobre la duración de la caída del producto y se basa sobre una serie más amplia de indicadores que solamente el PIB. Dicho organismo define una recesión como “una disminución significativa en la actividad económica que se extiende por toda la economía, que dura más de unos pocos meses, normalmente visible en el PIB real, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y el comercio mayorista y minorista”. ¿Le suena conocido ese relato?
Así, la economía chilena podría encontrarse en recesión según esa última descripción o estancada si usamos la de Shiskin. Ahora, ¿es realmente relevante discutir si la economía está en recesión o estancada cuando vemos el profundo deterioro de las variables económicas que más afectan la vida de las personas?, ¿Cómo le decimos a la gente que no está peor si el desempleo sube como rocket, las remuneraciones caen como granizos, los avisos laborales escasean como la cordura y la delincuencia sube como la espuma?
El mercado laboral, y la economía en general, seguirá su proceso de ajuste con un aumento en las cifras de desempleo en los meses de otoño e invierno y, lo que es peor, a una distancia sideral de los empleos requeridos para tener la tasa de ocupación previa a la pandemia. Porque con una tasa de 55,7% en el trimestre móvil enero-marzo 2023, aún faltan un poco más de 400 mil empleos para volver a tener la tasa de ocupación de 58,2% que había a inicios de 2020 (ello debido al crecimiento de las personas en edad de trabajar en los últimos tres años).
Lamentablemente, las reformas en carpeta del Ejecutivo afectarán el panorama en los próximos meses: proyecto sobre las 40 horas, el fuerte incremento del salario mínimo real, la reforma previsional que aumentará la tasa de cotización en 6 puntos con cargo al empleador y la reforma tributaria que pondrá más presión sobre las empresas. Poco importa si llamamos estancamiento o recesión a la situación de la economía si por muchos meses más las familias seguirán afrontando la falta de empleos, la caída de los salarios reales, la falta de acceso al crédito y el aumento en las cifras de delincuencia que no deja emprender ni vivir en paz. El título de la canción es lo de menos si la melodía es la misma. Parafraseando aquel canto popular: tenía cuerpo de recesión, tenía cara de recesión, tenía ojos de recesión, tenía dientes de recesión y no era recesión ¿Qué era entonces? No digo na´…
* El autor es profesor titular y director del Instituto de Economía UC.