Columna del embajador Niu Qingbao: El caso del dirigible no tripulado chino vuelve a evidenciar la hegemonía estadounidense

FILE PHOTO: Sailors recover a high-altitude surveillance balloon off the coast of Myrtle Beach, South Carolina
Reuters


Recientemente, los medios de comunicación chilenos han prestado mucha atención al incidente de la entrada no intencional de una aeronave china no tripulada en el espacio aéreo estadounidense por causas de fuerza mayor y al posterior uso de la fuerza por parte de Estados Unidos para derribarla, y han dado varias interpretaciones al respecto. No pocos amigos chilenos me pidieron los detalles de lo que pasó. ¿Qué ocurrió realmente?

En primer lugar, el dirigible no tripulado chino no es “de vigilancia”. La parte estadounidense fue informada en repetidas ocasiones de que la aeronave no tripulada china era de carácter civil y se usaba para fines meteorológicos y otros fines de investigación científica. Afectada por los vientos del oeste y con una capacidad limitada de autodirección, esta aeronave se desvió gravemente de su ruta preestablecida e ingresó en el espacio aéreo estadounidense de forma no intencional por causas de fuerza mayor.

Como saben todos, es una práctica internacional utilizar globos de gran altitud para la investigación científica. Francia, Estados Unidos, Japón y otros países han lanzado una gran cantidad de globos de gran altitud para la observación científica. Por ejemplo, Estados Unidos había lanzado más de 2.000 globos de este tipo hasta el año 2018.

China no tiene ninguna intención de violar el espacio aéreo de ningún país soberano, y mucho menos de realizar un “espionaje estratégico” sobre Estados Unidos, que se encuentra a miles de kilómetros de distancia, con un globo aerostático. Por el contrario, es común que los globos de Estados Unidos ingresen ilegalmente al espacio aéreo de otros países. De hecho, desde el año pasado, globos de gran altitud de Estados Unidos han volado de forma ilegal sobre el espacio aéreo chino en más de diez ocasiones sin contar con autorización china. La parte estadounidense debe reflexionar sobre sí mismo y cambiar su comportamiento en lugar de difamar y fomentar una confrontación.

En segundo lugar, lo que ha hecho Estados Unidos violó gravemente el espíritu del derecho internacional y las prácticas internacionales. De acuerdo con las reglas del derecho internacional general, la fuerza mayor, el peligro extremo y la emergencia, son consideradas circunstancias en las que queda exenta la ilicitud del ingreso de las aeronaves no tripuladas de un país al espacio aéreo de otro sin permiso. Tanto la “Convención de Chicago” como las Regulaciones Federales de Aviación prescritas por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos estipulan que, aunque las aeronaves civiles no tripuladas no disfrutan de inmunidad del Estado, la propiedad privada sigue siendo un derecho sacrosanto.

Lamentablemente, Estados Unidos insistió en etiquetar a la aeronave china como “globo espía” y usar fuerza militar para derribarla, después de haber sido informado detalladamente en repetidas ocasiones por parte de China y que el mismo Pentágono había admitido que el dirigible no representaba ninguna amenaza militar o personal para las personas en tierra, y que el dirigible estaba a punto de abandonar el espacio aéreo de Estados Unidos. Esto obviamente violó el principio de “arreglo pacífico de controversias internacionales por medio de negociaciones y consultas” estipulado en la Carta de las Naciones Unidas, lo que evidentemente es un acto hegemónico de uso abusivo de la fuerza militar que viola gravemente los derechos e intereses legítimos de la empresa china concerniente.

Tercero, es justamente Estados Unidos, y solo Estados Unidos, el que vigila al mundo, roba información secreta y abusa de la fuerza. Proyectos como “PRISM” y “Stateroom” revelan que Estados Unidos lleva mucho tiempo realizando el robo de información secreta, la vigilancia y el ataque cibernéticos a gran escala e indiscriminado contra los gobiernos, empresas e individuos de muchos países, incluidos sus propios aliados. El gasto militar total de Estados Unidos ocupa el primer lugar en el mundo, equivalente a la suma de los países que se encuentran desde el segundo hasta el décimo lugar. Estados Unidos tiene más de 800 bases militares y cientos de miles de tropas distribuidas en decenas de países de todos los continentes. Durante los menos de 250 años desde su fundación, solo en 16 años no tuvo participación en una guerra.

Estados Unidos ha librado guerras en todas partes, ha creado conflictos y divisiones, y su agresión armada contra Irak, Afganistán, Libia y otros países ha causado innumerables tragedias humanitarias y socavado gravemente la seguridad y la estabilidad internacional y regional. Que Estados Unidos, un país tan militarista, acuse a China, un país que nunca ha provocado ninguna guerra, de constituir una amenaza para el mundo es como un ladrón jugando el truco de gritar “Detengan al ladrón” para escapar de la culpa y la responsabilidad.

Por Niu Qingbao, embajador de la República Popular de China.