Columna Jaime Calderón: Salud, ¿seguimos?
El proyecto comprometido en la ley corta fue presentado por el gobierno en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y no del Senado donde se venía discutiendo el último año no es ninguna sorpresa en función a los actores involucrados. El programa del actual gobierno mencionaba eliminar el sistema privado de salud dejándolo como seguros complementarios y establecer un seguro único. Se impone un ideologismo extremo del segundo piso por sobre los acuerdos políticos y técnicos consensuados que racionalicen la solución de los problemas de la salud donde hay millones de pacientes en listas de espera, más de ochenta y cinco mil garantías Ges no cumplidas por el Estado y lo más grave, diez y siete mil pacientes con cáncer no atendidos. Esto es un grave atentado a los derechos humanos donde mueren más pacientes que los sucesos de setiembre del año1973, no existiendo recursos judiciales de protección de sus derechos.
El objetivo de todo sistema de salud es dar solución oportuna, igualitaria y eficiente sin discriminaciones como lo determina el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos suscrita por Chile. A nivel mundial la salud evoluciona hacia sistemas mixtos con participación pública y privada como sucede con el sistema inglés por el incremento de las listas de espera y que era el espejo hasta hace pocos años para muchos salubristas públicos en Chile.
La salud es un tema complejo porque afecta lo esencial del hombre que es la vida misma. No se debe confundir salud que es equilibrio orgánico o ausencia de enfermedades con medicina que significa sanar enfermedades mediante diferentes técnicas. La salud es un problema multidisciplinario que involucra además de médicos, a enfermeras, matronas, tecnólogos, profesionales de la salud, ingenieros, arquitectos, economistas que tienen mucho que aportar en salud.
Un buen sistema de salud no debe discriminar ni limitar el acceso por preexistencias, situación económica, de raza. Aquí surge el primer problema porque el gasto en salud de las personas jóvenes y sanas (exceptuando el significativo número de jóvenes con obesidad, alcoholismo juvenil, salud mental entre otros) es muy diverso que el gasto en salud de las personas de tercera edad y esto es particularmente importante por el envejecimiento de los habitantes de Chile donde según informes del INE, un 32% de la población va a tener sobre 65 años el año 2050, lo que cambia radicalmente el perfil epidemiológico de los pacientes.
Para financiar estas prestaciones es necesario tener una compensación de riesgo con dos pilares de financiamiento: uno de los usuarios con ahorros propios y otra del Estado que vaya a financiar directamente a los pacientes mediante programas de premio por prevención, deporte y otros. Un seguro universal catastrófico universal es sustantivo y forma parte de una política de solidaridad.
Hay políticas públicas esenciales para mejorar el acceso igualitario y oportuno a los servicios de salud. El primer aspecto, olvidado por años, a pesar de que está en el juramento hipocrático, es que es el paciente el centro de toda política pública en salud. Este debe ser nuestro primer consenso y objetivo: el paciente.
Un segundo aspecto sustantivo que es necesario resolver políticamente es que si queremos un sistema mixto con participación público y privada o un monopolio del Estado sobre los pacientes, que es el programa del actual gobierno.
Para solucionar este aspecto debemos preguntarnos ¿qué es más eficiente en la asignación de recursos? En Chile existe un sistema mixto con participación privada que atiende la mitad de las prestaciones de libre elección de Fonasa con la mitad de los recursos que gasta el Estado en los mismos pacientes y con solo el 20% de las camas privadas el 47% del total nacional. El sector público tiene un serio problema de uso de recursos y un reciente estudio de la Comisión de Productividad en 14 quirófanos de 4 hospitales menciona que con solo incrementar los horarios de 8AM a 20PM es posible aumentar la productividad un 47%, lo que incide en las listas de espera. Estudios del Observatorio Fiscal en un conjunto de hospitales públicos menciona que con solo mejorar la administración de recursos se producen ahorros del 10% en el presupuesto asignado. La gestión es un aspecto sustantivo en la administración de los hospitales públicos, que tienen fuertes inversiones en infraestructura y alto número de personal. La reciente detención de 9 pabellones del Hospital Van Buren de Valparaíso por carencia de insumos demuestra las dificultades de gestión.
A pesar de la serie de dificultades de recursos, especialistas, problemas de seguridad personal como lo hemos visto en los Centros de Salud Familiar de Puente Alto y Hospital El Pino, es notable la entrega del personal médico y profesionales de la salud en condiciones muy adversas.
Un tercer aspecto es la modernización del sector público donde tenemos un sistema público en salud que no ha avanzado con la tecnología y las herramientas de la administración y economía moderna. La pandemia demostró que podemos tener un Ministerio de Salud rector que coordine los sectores público y privado.
Para avanzar en la modernización del sector público primero debemos tener una autoridad con una visión macro que esté por sobre la contingencia asesorado por un comité consultivo de no más de cinco a siete expertos en diversas áreas de la salud. Una estructura orgánica moderna con vicepresidencias ejecutivas y hospitales con directorios y gerencias, haciendo participar a los trabajadores en lo directorios incluyendo la variable productividad y cumplimiento de metas, que capten recursos privados y de la beneficiencia. Se debe estudiar concesionar la red pública con el objeto de maximizar recursos. Hay un problema de gestión por la excesiva injerencia de los gremios en racionalizar el sector. Es sustantivo modernizar Fonasa como un seguro público orientado a los pacientes, un sistema independiente de licencias médicas y una ficha universal materia prima esencial del hospital digital, es sustantivo en la modernización del Estado.
Establecer un sistema nacional preventivo en salud coordinando el trabajo con los centros de salud familiar, mutualidades de seguridad y hospitales es sustantivo para enfrentar graves problemas de salubridad pública como la obesidad infantil, el alcoholismo juvenil, la salud mental entre otros. Invertir en prevención produce fuertes ahorros fiscales. Los exámenes preventivos como mamografías, endoscopías, exámenes de diagnóstico por imágenes son sustantivos en la prevención de enfermedades, al igual que la participación de la medicina familiar y de nutricionistas en la alfabetización hospitalaria.
Un sistema de seguridad social moderno debe avanzar a tener al paciente al centro de toda política pública en salud. El ideologismo extremo, los voluntarismos, improvisaciones, parches hacen un enorme daño a la salud. Es hora de que nos escuchemos y de que pensemos Chile en grande donde tenemos la enorme oportunidad de producir un buen sistema de salud que trascienda por décadas.
Por Jaime Calderón Riveros, ingeniero comercial