Columna de Paolo Mefalopulos: Casen 2022, la reducción de la pobreza y la deuda con la niñez

Tomas Campamentos Inmigrantes


La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional, Casen 2022, trae buenas noticias en relación a la reducción de la pobreza en Chile, pero no tan auspiciosas al corroborar la mayor incidencia de la pobreza entre niños, niñas y adolescentes, que perdura a través de los años.

Sobre las buenas noticias, la encuesta Casen 2022 muestra las cifras más bajas de pobreza desde que se tiene medición (1990). La tasa de pobreza monetaria (6,5%) representa una disminución de 40% desde la última medición en pandemia (10,8% en Casen 2020) y de un 24% en comparación con los datos prepandemia (8,5% en Casen 2017). Al mismo tiempo, la tasa de pobreza multidimensional (16,9%) significa una reducción de 17% con respecto a la medición prepandemia (20,3% en Casen 2017). Estas cifras sin lugar a duda representan una mejora en términos de bienestar para la población en general, incluidos los niños, niñas y adolescentes.

Sin embargo, la reducción de la pobreza infantil va a un ritmo más lento, manteniendo la sobrerrepresentación en la pobreza de niños, niñas y adolescentes. Mientras que este grupo representa un 24% de la población total del país (Censo 2017), son un 36% de las personas que viven en pobreza monetaria. A eso se suma que un 8,9% de los hogares con niños, niñas y adolescentes está en pobreza monetaria, situación que afecta a un 3,5% de los hogares sin niños. El sesgo etario se observa también en la incidencia de la pobreza tanto monetaria como multidimensional: 10,5% de los niños, niñas y adolescentes vive en hogares en pobreza monetaria (468.258), casi duplicando al 5,4% de las personas de más de 18 años. En el caso de pobreza multidimensional, un 18,4% de los niños, niñas y adolescentes viven en hogares en pobreza multidimensional (807.727), mayor a la tasa de adultos en esta situación, que llega a 16,5%.

A pesar de que la sobrerrepresentación en la pobreza de niños, niñas y adolescentes es un fenómeno común en los países de la región, no es un destino ineludible de las naciones. Aquellos países que protegen en forma más robusta a la infancia logran revertir esta tendencia y disminuir la mayor incidencia de la pobreza en ese grupo. Desde Unicef promovemos la instauración de un Piso de Protección Social que garantice seguridad básica del ingreso para los niños y niñas, por lo menos equivalente a un nivel mínimo definido en el plano nacional, que asegure el acceso a la alimentación, la educación, los cuidados y cualesquiera otros bienes y servicios necesarios. Destinar recursos a la infancia no solo permite garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes y disminuir sus niveles de pobreza, sino que también tiene efectos positivos que perduran en el tiempo, tanto para ellos como para toda la sociedad.

La evidencia de la importancia de un ingreso seguro para la reducción de la pobreza monetaria fue constatada en la Casen 2022. Solo el primer decil más que duplicó sus ingresos promedio producto de las transferencias monetarias del Estado, lo que contribuyó de manera sustantiva en la disminución de la pobreza. Pensar en un ingreso seguro dirigido a los hogares con niños, niñas y adolescentes es una alternativa que podría contribuir a la erradicación de la pobreza infantil en Chile, que les permita el ejercicio de sus derechos establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño y mandatados en la Ley sobre garantías y protección integral de los derechos de la niñez y adolescencia.

Por Paolo Mefalopulos es Representante de UNICEF en Chile.

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