En una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer, es importante mirar las áreas de la sociedad en que persiste la inequidad. El reciente Informe de Brechas de Género en la Educación Superior 2022, elaborado por el Servicio de Información de Educación Superior (SIES), muestra que las mayores brechas se focalizan en las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Existe bastante investigación que describe los factores que contribuyen a esta baja participación de las mujeres, muchos de los cuales se relacionan en alguna medida con los estereotipos de género que se esperan para hombres y mujeres, y que se constituyen como barreras de la participación femenina.
¿Cómo podríamos acortar estas brechas? Son muchas las acciones que se pueden llevar a cabo. Es relevante lograr influir en la actitud y las creencias de las niñas desde temprana edad, realizando acciones para mejorar la visión de las mujeres hacia las ciencias. No hay diferencias biológicas demostradas sobre que la capacidad de las mujeres en estas áreas sea menor que la de los hombres. Es decir, es necesario cambiar la autopercepción de muchas mujeres jóvenes de que podrían ser peores en matemáticas y ciencias que los hombres.
Asimismo, es vital el apoyo y estimulación familiar, sobre todo de padres y madres, para que sus hijas se interesen y aprendan ciencias; y no sesgarlas a elegir una carrera que crean –basándose en prejuicios– que es mejor para ellas. En concreto, padres y madres deberían permitir y potenciar desde la infancia que sus hijas incursionen en juegos que las hagan tomar decisiones y resolver problemas.
Tercero, los métodos de enseñanza y aprendizaje deberían motivar de igual manera a hombres y mujeres a desarrollar habilidades en ciencia y matemáticas, sin hacer diferencias entre géneros. Para esto, profesores y profesoras deben creer firmemente que las niñas y adolescentes son tan capaces como los hombres, y que pueden desarrollarse en el campo laboral de carreras STEM logrando satisfacción en el mundo laboral.
Otro factor relevante es visibilizar a las mujeres que se desempeñan en las áreas de STEM como ejemplos a seguir. Al respecto hay estudios de investigación que sugieren que aumentar la exposición de las mujeres científicas, matemáticas e ingenieras fortalecerá la autoidentificación de las jóvenes con el área STEM y mejorarán los sentimientos de autoeficacia, las actitudes positivas y la motivación para seguir alguna de estas carreras.
En este sentido, la creación de comunidades de mujeres en Ingeniería toma un rol relevante, porque permite derribar las creencias negativas personales, familiares y sociales, así como mejorar la experiencia universitaria de las mujeres, aumentando su motivación y creando redes de trabajo en equipo que fortalecen la identificación con las carreras, además del sentido de pertenencia.
A nivel nacional, el desafío es lograr una mayor participación de mujeres ingenieras en distintas áreas que están muy focalizadas sólo en hombres. Las ingenieras son muy capaces, con sus habilidades, actitud positiva y liderazgo, de ocupar cargos importantes, donde pueden hacer cambios y mejoras aportando a una sociedad más equitativa. Para resolver los problemas complejos que enfrentan nuestras sociedades, es importante considerar una mirada amplia e integradora, y la perspectiva de mujeres profesionales en Ingeniería y Ciencias aporta sin duda a una solución bajo otra mirada, más inclusiva, complementando la visión de los profesionales hombres.
Por Sara Arancibia, profesora titular de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Diego Portales
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